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En temas de comunicación nada es fortuito. Por eso resulta curioso que mientras Londres y La Habana preparan la primera visita oficial de la Realeza Británica a Cuba, surja en los medios de comunicación la polémica sobre si le gustará o no la comida cubana a la duquesa de Cornualles.
El príncipe Carlos, heredero al trono británico y su esposa, la duquesa Camilla de Cornualles, protagonizarán la primera visita de la familia real británica a Cuba.
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El impulso a las relaciones bilaterales que este encuentro diplomático puede propiciar llega en una coyuntura histórica compleja para ambos países. Pero ya se sabe que en diplomacia las cosas se cuecen con tiempo y añadiendo poco a poco sustancia al caldo.
Ningún primer ministro británico ha visitado Cuba en funciones oficiales. Se cree que esta cita se comenzó a organizar en noviembre de 2018, tras el tránsito del presidente cubano Miguel Díaz Canel por Londres, ocasión en que se reunió con el príncipe Carlos.
Este acercamiento visibiliza la apertura de Londres a sus relaciones con el Caribe en el momento en que intenta dar la espalda a Europa. Para Cuba, en cambio, es la oportunidad de entrar en el discurso mediático mundial con un efecto similar al de la visita de Barak Obama, en marzo del 2016, o la Pasarela de Chanel en mayo del mismo año.
Las declaraciones sobre el desinterés de la Duquesa con respecto a la comida cubana no fueron oficiales, ni siquiera las dijo personalmente a la prensa. Podría decirse que fue, lo que en Cuba llamamos “un dime que te diré”, que no hace otra cosa que levantar miradas sobre un tema que el Gobierno de la isla caribeña viene impulsando desde hace algún tiempo, su candidatura de la Comida Cubana como Patrimonio de la Humanidad.
Recientemente se celebró en La Habana un importante evento internacional, Gastrocult 2019, en el que como su nombre indica, cultura y gastronomía se dieron la mano para mostrar al mundo la cara bonita de la Isla. Se eligió uno de los más importantes hoteles de lujo cubanos, el recién inaugurado Iberostar Grand Packard, en el que posiblemente se hospeden sus majestades británicas ya que cuenta con todo el confort para estar a la altura.
El reto para los cocineros de la Isla no estará como algunos medios piensan en agradar el paladar de la Duquesa, sino en mantenerse en la línea del sabor cubano y no dejarse seducir por la tentación de pretender triunfar con comida internacional. Mostrar lo que somos es el único camino para conquistar al mundo. Por eso esta visita puede tener importantes efectos en la opinión internacional sobre la realidad cubana actual. De manera que estaremos atentos para hacerles llegar cada detalle.
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