Duermen con los colchones en el piso; se resguardan de la lluvia bajo nylons y encima, se arriesgan a ser detenidos e internados en la cárcel. Así es el día a día de 72 cubanos que llevan poco más de una semana durmiendo en un platanal que les cedió Rosa, una buena samaritana de Trinidad y Tobago, sin pedirles nada a cambio.
Este lunes en la noche, el pastor de una iglesia trinitaria se acercó al campamento de los cubanos y les advirtió de que se arriesgan a ser detenidos por haber montado un campamento en condiciones tan precarias.
"Nos dijo que es posible que volvamos a prisión sin cometer delito alguno, sólo por estar acá, en esta situación", comenta a CiberCuba Orlando Marques, uno de los cubanos del grupo.
Pero ellos no tienen a dónde ir. Acnur les retiró la ayuda para vivienda que recibían tras protestar frente a la sede del organismo de la ONU en Puerto España. Poco después entraron a la cárcel y fueron liberados tras pagar multas.
Todos son solicitantes de asilo y algunos tienen el estatus reconocido, pero las autoridades de Trinidad y Tobago no sólo no les permiten trabajar, sino que además los persiguen.
Según explicó Marques a CiberCuba, ellos prefieren arriesgarse y no tienen pensado abandonar el platanal donde viven. "Tomamos la decisión de seguir acá bajo nuestra responsabilidad. No cederemos en esta lucha hasta lograr nuestro objetivo, que es ser reasentados por parte de la ONU. Lucharemos juntos hasta las últimas consecuencias. Muchas gracias. Si no te escribo en los próximos días, es porque estoy en la cárcel".
La situación de los cubanos en Trinidad y Tobago es desesperada. Los niños no están acudiendo a la escuela y muchos tienen las piernas destrozadas por las picaduras de mosquitos.
Acnur los ha abandonado a su suerte en Trinidad y Tobago.
CiberCuba se ha puesto en contacto con Ancur America Latina y con Living Water Community de Trinidad y Tobago y ninguno de los dos contesta a la petición de información.
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