La carestía de productos básicos en la alimentación comienza a crear inconformidades entre la población, los cuales se quejan de la desaparición de aceite y pollo, así como los altos precios en las tiendas y mercados estatales en Santiago de Cuba.
Recientemente los habitantes de la oriental provincia han sido testigos de la inauguración de nuevas tiendas, las cuales ostentan luces, pantallas y lujos, pero muy ajenos al bolsillo del cubano de a pie, como son el caso del Centro comercial La Gran Piedra y los MiniMax pertenecientes a la corporación Cimex, que ahora se esparcen por la urbe.
Aunque tras recorrer sus pasillos, nos damos cuenta de la existencia de neveras vacías y anaqueles despoblados, al parecer un mal que se esparce rápidamente entre las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), dejando a muchos sin opciones en la cocina.
De ese modo lo describe María Ester Machado Vargas, quien contó a CiberCuba, lo arduo que ha sido para ella encontrar alimentos en estos últimos días. “Salí a buscar algo de plato fuerte y me topé solo con colas interminables, después de estar más de una hora esperando para comprar el pollo, salió una dependienta y gritó que se había acabado”.
“Lo más lindo es que no hay comida y uno no sabe qué hacer. Parece que estamos volviendo al período especial”, criticó Vargas, de 75 años de edad.
Otros señalan que en las tiendas de la provincia solo se puede hallar picadillo de res y de pavo, ambas mercancías con bastante mala fama entre la población debido a casos de putrefacción encontrados y muchos lo describen con sabor a “cartón rancio”.
“Nos quieren matar a base de picadillo y hamburguesas que no saben ni a carne, por el tiempo que llevan en las neveras. No hace mucho, compré un picadillo de pavo y tenía un olor raro. Al final lo tuve que regalar y no es fácil estar botando la plata”, describió Carlos, mientras se encontraba en la tienda El Dragón.
Otro tema recurrente en el devenir cotidiano de muchos santiagueros, es la falta de aceite comestible, asunto que se torna preocupante, pues este producto con una incansable demanda parece estar extinto de las TRD.
Sin embargo, muchas tiendas en la urbe santiaguera, se encuentran abarrotadas de aceite de oliva, producto olvidado del paladar de la mayoría de los cubanos y remplazados por el habitual aceite de soya o girasol.
La anhelada pero inalcanzable mercancía, se puede encontrar en los 12.45 CUC el litro, un precio muy alejado de la realidad salarial cubana, teniendo en cuenta que el salario promedio de un trabajador en Cuba, no supera los 30 CUC mensuales.
Este portal también pudo constatar en la tienda La California, situada en la calle Enramadas, principal arteria comercial de Santiago de Cuba, la presencia de unos porrones de 5 litros, también de aceite de oliva, con varias rebajas, pero al acercarnos nos percatamos de que tiene fecha de vencimiento en este mes de febrero. Su precio estaba en los 38.20 CUC, lo que significa una rebaja de 21.05, con respecto a los 58.25 que costaba el producto originalmente.
Según reveló una trabajadora de la tienda La California, que prefiere mantenerse bajo el anonimato, luego de informarle a la dirección provincial de Cimex, de la proximidad del vencimiento de la mercancía, la orden fue rebajarle el precio, pero seguir vendiendo el aceite, “esos pomos llevan tremendo tiempo rodando en la tienda y nadie les hace caso. Solo lo han comprado unos italianos que vinieron la semana pasada, pero no conozco a ningún cubano que tenga para eso”.
“Al final cuando la gente ve que han vencido, vienen para arriba de uno a reclamar y los jefes cogiendo aire en su oficina, por eso yo se lo digo bajito a la gente, que están vencidos, para que ni los toquen. Aparte con lo caro que están nadie le hace mucho caso, pero bueno, por si las moscas ya están avisados”, confesó la empleada.
Entre tanto, la falta progresiva del necesario producto, ha fortalecido la venta en el mercado negro del mismo, en muchas circunstancias, sin el adecuado procesamiento.
Diarreas provocadas por aceite clandestino
En ese sentido, varios vecinos del reparto Venceremos, denuncian que el aceite que están vendiendo los particulares de forma clandestina le está generando cuadros diarreicos y problemas estomacales en general.
El Chino, como prefirió ser llamado un cuentapropista del consejo Altamira, en la periferia de la ciudad, comentó a CiberCuba las causas del malestar que se ha generado en los últimos días por el aceite mediado por los particulares. “El problema está en las ligas que hacen con el aceite refinado y el crudo que sacan de la fábrica”.
De acuerdo a las palabras de este emprendedor santiaguero, muchos aventurados se dirigen hasta la Refinadora de Aceite Erasol, ubicada en el reparto Agüero-Mar Verde y considerada única de su tipo en el país, en busca de la mercancía, ofreciéndole a los custodios cierta cantidad de dinero, la cual no quiso especificar, pero suficiente para que los mismos responsables por la custodia de la instalación, vendan el aceite a los que en el argot callejero se hacen llamar “luchadores”.
Estos, sacan cuanta mercancía puedan, tanto aceite sin procesar, como ya refinado, vendiéndolo posteriormente en la calle a precios más asequibles que los ofertados en los mercados estatales de la Isla.
“El aceite crudo lo venden a 20 pesos (0.80 CUC) y la gente lo refina en sus casas, friendo plátanos con cascaras y todo, hasta que sirva para comer, y el refinado a 40 (1.60 CUC) el litro, que es mucho más barato que los 2.00 CUC que pide por él el gobierno. Pero desde hace algún tiempo y con la escasez, ya ni la fábrica tiene, es por eso que la gente esta ligando el crudo y el refinado, los cual es malísimo para el estómago, pero no hay más nada”, confiesa el cuentapropista.
Por otra parte, en medio de la inexistencia de huevos, carne de cerdo, viandas e incluso sal, se hace notar el alza de los precios, el aumento de las colas en las unidades comerciales en Santiago de Cuba, sin que autoridades gubernamentales den soluciones concretas y eficaces sobre el asunto.
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