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Saludos amigos. Hace un tiempo no hago comentario alguno; incluso, varios amigos y no tan amigos, me impulsaron a comentar sobre la actuación cubana en la Serie del Caribe, pero preferí tocar madera y pasar. ¿Por qué? Pues, porque sería llover sobre mojado, y ya estoy cansada de lo mismo con lo mismo, sin cambio alguno en la élite que dirige el béisbol.
Ahora, con la sustitución como presidente del INDER del doctor Antonio Becali tampoco me decidí; no obstante, al leer lo que escribió Yasel Porto, joven y querido periodista. Para mí uno de los más preparados, entusiastas y defensores del patrimonio del béisbol cubano que permanecen en Cuba, me lancé a opinar, incluso ya adelanté algo en el perfil de Facebook de Yasel.
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Comienzo con unas palabras de mi colega, refiriéndose a los que son sustituidos e incluso, aquéllos que no lo han sido todavía: "la mejor manera de repudiar sus acciones es dejarlos en el anonimato extremo; criticarlos una y otra vez sería darle mayor importancia que la que se ganaron".
Confieso que no me sorprendió lo de Becali, por cierto hombre correcto, amable, caballeroso; para mí, capaz, pero al que al parecer le quedó grande el kimono, y que conste, no por él solamente.
En varias ocasiones me llegaban informaciones de personas detenidas que trabajaban en distintos puestos del organismo deportivo, acusadas por corrupción, robos, equipos perdidos, amén de los descalabros continuos del deporte cubano en cualquier evento internacional.
Es muy difícil manejar el INDER; lo fue antes, y lo es ahora, cuando el dinero por las contrataciones que antaño eran excepcionales y por años no existieron, circula por varias manos; es difícil que unos deportes se hayan profesionalizados como el caso de la pelota (¡al fin!) y otros permanezcan en el amateurismo, aunque es cierto que en la mayoría de los casos, ya corre el dinero también.
Es difícil mantener las instalaciones del alto rendimiento y mucho más tratar de rescatar aquellas donde nacen y crecen los talentos: desde los terrenos de béisbol en bateyes y pueblos hasta las pistas rústicas; desde los aros de lata para encestar balones o una simple soga que nos hace soñar con una malla para el voley.
Es difícil enfrentar a un grupo de activistas voluntarios que te dicen, con el mayor respeto, que no hay guantes ni mascotas, spikes o chingalas, o simplemente pelotas y bates; y que tú sonrías, asientas, entiendas…¡Pero, nada puedes solucionar porque no está en tus manos!
Ahora bien, lo más difícil es mantenerte en un puesto siguiendo al pie de la letra orientaciones y mandatos, de personas que muchas veces nada saben de lo que es un entrenamiento deportivo y aunque no estés de acuerdo con esto o aquello o no tengas con qué resolver los problemas; seguir instrucciones que pueden llegar a ser descabelladas, pero si tienes tu viaje asegurado a la competición del año, asientes y tú mismo dices: ¡Rema y dale a los pedales!.
Quiero dejar sentado que no me refiero en sí al doctor Becali sino a muchos que prefieren hacer lo que se les diga a cambio de preservar un puesto. El error no es sólo del Dr. Becali, el error es no defender con fuego y pasión lo que se tiene en las manos; el error es plegarse a leyes NO escritas y mantenidas por generaciones. El error es no llevar en el corazón la savia de tantos deportistas.
¡En fin! Una vez, hace años, propuse la integración de la dirección del INDER por deportistas talentosos, inteligentes, de nivel: Juantorena, el Soto, Erick López, Mireyita, Regla Torres, Ana Fidelia, Mijaín, Filiberto, Idalys, Driulis, Tabares, Kindelán (Mario y Orestes), Falcón, Anglada, Yipsi. Hay muchos, muchísimos. Y a ellos respaldarlos con aquellos dirigentes que hayan sobresalido y que pueden ofrecer la metodología de trabajo; o viceversa, el grupo deportivo apoyar a la presidencia.
Ahora nombran a otro dirigente de muchos años en el INDER, Osvaldo Vento, persona correcta, conocedora del deporte, inteligente, pero con 18 años en la misma dirección por la que han pasado al menos tres presidentes. ¿Qué nos puede enseñar?
Como finalizaba yo mis comentarios de antaño: vamos a confiar en que Vento se convierta en mago y de su chistera, salga la revitalización de la tan necesaria masividad, se multipliquen las áreas para nuestros niños, los imprescindibles implementos aparezcan, el alto rendimiento pueda imponer su clase en los principales eventos internacionales, los técnicos se nutran de los más avanzados métodos de preparación y las instalaciones élite recobren su esplendor en su totalidad.
Ojalá Vento por Becali no sea un mero peón por peón, en una partida de ajedrez que cada vez se vuelve más tediosa, menos interesante.
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