Si uno tiene que ir a una notaría en Cuba, debe antes rezar tres padrenuestros y cuatro avemarías, y cargar con toda la paciencia que sea capaz de llevar. Y es que son estos, espacios donde hacen ola las estafas y las disputas, así como la incompetencia, la espera inexplicable y los retrasos injustificados.
A pesar de que los notarios constituyen pieza clave de la vida jurídica de cualquier país, en la isla se volvieron mucho más importantes tras la aprobación de la compra-venta y las donaciones de vehículos y de viviendas en 2011. Sin embargo, desde entonces el protagonismo de los llamados “jueces de paz” ha ido creciendo a la par de las malas prácticas en todo tipo de trámites.
A tenor con Maribel, quien espera para entrar en una de las notarías de La Habana, “cada vez que me ha tocado hacer una gestión en estos incómodos lugares termino siendo maltratada. Aquí se puede ver de todo: lo mismo falta de privacidad porque los locales son pequeños y se encuentran en mal estado, que incumplimiento de horarios, desinformación y cualquier otro atropello.
Aquí se puede ver de todo: lo mismo falta de privacidad porque los locales son pequeños y se encuentran en mal estado, que incumplimiento de horarios, desinformación y cualquier otro atropello
“Formalizar algo en Cuba es como pasar el Niágara en bicicleta. Lo que puede solucionarse en unos minutos, dura horas, días y hasta meses, ya que, cuando no falta un papel, un documento tiene errores ortográficos, o está incorrecto un nombre y te enteras cuando llevas horas esperando. Resulta prácticamente imposible no tener que ir de un lugar a otro y esperar bastante”, afirma la cuentapropista, de 51 años.
De igual forma, indica la arrendataria privada que el trato es “ineficiente”, como los inmuebles y la preparación de los notarios son “insuficientes”. “No se terminan los trámites en el plazo establecido ni se acaban de automatizar los procesos. Tanta burocracia solo trae corrupción y descontento”.
Tal como destaca Raúl Pérez Castro en la página digital de Juventud Rebelde, no se entiende que en un municipio como el de Boyeros, donde se han descentralizado “ciertos servicios” por la extensión territorial y densidad poblacional que tiene, ahora se haya cerrado la notaría que se ubicaba junto a Reloj Club (Reparto Altahabana).
“Quienes tomaron la decisión no pensaron en ningún momento en el bienestar de la población de los barrios en esta zona de Boyeros… Me pregunto si alguien pensó a qué hora un anciano tiene que llegar al reparto Lutgardita”, que es donde se localiza la notaría más cercana, a unos 10 kilómetros, también en Boyeros, aclara.
Una de las empleadas de esta última notaría asegura que “nos están llegando muchas más personas ahora que la oficina de Altahabana cerró. Por eso los clientes tienen que venir todavía más temprano. La cantidad de casos que atendemos depende del número de notarios que esté trabajando ese día”.
El ingeniero Heriberto, de 42 años, también cuenta su vivencia: “vine como cinco veces y me quedé sin entrar. Perdí tiempo y de dinero. Yo trabajo y si falto me quitan la estimulación. No podía seguir haciendo colas para tener un turno y por eso lo compré. Si no es así, no resuelvo. A mí me costó cinco CUC, pero sé de quienes han pagado hasta diez.
“Hay más de una persona que se dedica a venir por la madrugada y marcar para vender los turnos. Tienen casi que dormir aquí. Si no es así no nos atienden y nos embarcamos. Claro, si tienes mucho dinero, no tienes problemas porque con cinco CUC por certificación resuelves enseguida.
“Hoy en Cuba se violan las leyes a todos los niveles y no pasa nada. No hay organismo capaz de hacerlas cumplir eficientemente. Todo se convierte en ‘peloteo’ y evasión de responsabilidades. El lema de los que tienen que hacerlo es ‘estamos en Cuba’”, concluye.
Recientemente el Ministerio de Justicia dictó un paquete de medidas que pretenden organizar los servicios extrajudiciales que las entidades estatales ofrecen a la población cubana, pero las mismas carecen del peso suficiente para erradicar las violaciones asociadas a los trámites notariales y de registro.
La nueva norma establece que los directivos no pueden organizar actividades que interrumpan la jornada laboral de los notarios; que los servicios se deben prestar durante toda la jornada laboral y todos los días laborables; y que los abogados y técnicos jurídicos deben ser atendidos en los Bufetes Colectivos por la tarde, sin que esto altere el horario de atención al público.
Para acabar con “fenómenos negativos”, según publica el diario Granma, los notarios deberán darles prioridad en la cola a las personas mayores, discapacitadas o mujeres embarazadas o con niños pequeños, al igual que ampliar el horario siempre que las condiciones lo permitan.
En palabras de Niurka, de 39 años, “estoy en los trámites para pasar la casa de mi madre a mi nombre y no me ha dado un infarto de milagro. Me he encontrado a más de un abogado que no sabe hacer su trabajo. El problema no está solo en que los procesos son dilatados, sino en la falta de conocimientos de algunos trabajadores. Todos interpretan las leyes de distinta manera. Ni varias vidas alcanzarían para entenderlos.
El problema no está solo en que los procesos son dilatados, sino en la falta de conocimientos de algunos trabajadores. Todos interpretan las leyes de distinta manera
“El papeleo sigue luchando por mantenerse arriba y, por mucha informatización de la que se habla, a mucha gente le conviene seguir viviendo de papeles, registros y cuños. Además, en las notarías atienden a la población en horario laboral, lo que significa que para ir hay que dejar de trabajar varias veces”, agrega.
Por otra parte, un notario de Playa resalta que los salarios de los funcionarios son muy bajos y eso hace que haya poco personal. “Con las reformas del modelo económico cubano nuestro trabajo se incrementó y también los ingresos tributarios, pero el sueldo se mantuvo en el mismo lugar, al igual que los medios tecnológicos.
“La demanda de nuestros servicios ha aumentado, pero no hemos sido capaces de brindarle un buen servicio a la población. Hay personas que nos sobornan directamente o a través de terceros, pero esa es la única manera que tenemos de subsistir. Los organismos de la administración pública no satisfacen nuestras necesidades más elementales. Quizás una solución a las infracciones sería que los notarios pudiésemos trabajar por cuenta propia”, sugiere el joven letrado.
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