Las opiniones del actor Luis Alberto García asegurando que con el recorte de la visa B2 de 5 años a 3 meses ganaron "los que desunen y amasan venganzas" de uno y otro lado, sigue levantando ampollas.
Desde la Isla escribe un cubano que prefiere mantenerse en el anonimato. "Soy hijo de emigrados y no quiero que tomen represalias", dice antes de recordarle al artista que en "en la década de los 80 cualquiera que tuviera un familiar en algún país del área capitalista y tuviera contacto con él era considerado un gusano y un desafecto al proceso revolucionario".
En su opinión, obviar esta injusticia de la historia reciente de Cuba es "tener mala memoria". Tan mala como la del Gobierno cubano, que él considera que tiene montada una campaña a favor de la reunificacion familiar "para que sigan entrando dólares a un país en el que la economía no prospera. Los necesita desesperadamente".
Este lector de CiberCuba recuerda que en esa época (los 80), si alguien optaba a un puesto laboral en Cuba y salía a relucir que tenía un hijo, un hermano o padres fuera del país, le denegaban el trabajo.
"Millones son los casos que se conocen. Se cuentan por miles los cubanos separados por sus familiares en esa época, que no podían ni siquiera recibir una tarjeta postal por miedo a represalias", comenta a través de mensajes de WhatsApp.
A estas alturas, este cubano dice que tiene que aguantar que Cubavisión Internacional transmita un programa en el que asegura que Cuba siempre ha estado a favor de la reunificación familiar.
Se quedó de piedra cuando lo escuchó en La pupila asombrada, donde las personas que intervinieron aseguraron que el Gobierno de la Isla siempre ha estado a favor del regreso de los inmigrantes que marcharon al exterior.
Decir a estas alturas, añade, que el Gobierno fomenta la identidad nacional permitiendo que los cubanos entren al país con pasaporte de Cuba es ignorar que este documento es uno de los más caros del mundo.
"Les cobran sobre los 450 dólares para poder ir a visitar a sus familiares porque si no es con ese documento no pueden entrar a su país, en lugar de usar ese dinero para ayudar a su familia. Eso sin contar con que en la Isla el precio de un pasaporte equivale al sueldo íntegro de tres meses".
La opinión de este cubano se suma a la del cineasta Lilo Villaplana, que considera que Luis Alberto García "se equivocó" al posicionarse en contra de quienes promueven el odio de uno y otro lado. Además, le afeó al artista que creyera que la medida de recortar las visas B2 las toma el Gobierno de Estados Unidos por orden del exilio de Miami.
"No, señor, éste es un país con leyes, no se establece como en la finca castrista, que se hace lo que se le antoja al mayoral. Te equivocaste", le dijo.
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