Mientras continúa aumentando la tensión en el norte de México por la aglomeración de migrantes cubanos, hoy es noticia que un total de 49 migrantes ―entre cubanos y guatemaltecos― han sido acogidos en la parroquia San Juan Apóstol Evangelista, en Juárez.
En los últimos días, la Casa del Migrante y otras instituciones religiosas y caritativas de esa ciudad mexicana han precisado que no tienen capacidad para albergar a más migrantes.
Sin embargo, la realidad revela que no deja de incrementarse la cifra de cubanos que esperan su turno para entrevistarse con las autoridades de migración de Estados Unidos como solicitantes de asilo.
Entre los migrantes que han sido acogidos en la citada iglesia se encuentran cuatro menores de edad. Todos están siendo apoyados tanto con alimentación, hospedaje y artículos de aseo personal, según informó el sacerdote encargado de dicha iglesia a un medio local.
Los migrantes alojados en la parroquia han ayudado a la limpieza de la iglesia y de las áreas verdes de los alrededores como forma de retribución a la ayuda recibida.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos no recibieron a ningún solicitante de asilo ni jueves ni viernes de la pasada semana. El ritmo es lento y la situación se recrudece por el goteo de nuevos migrantes.
En la frontera hay casi 3 mil personas a la espera de ser entrevistadas con las autoridades de Estados Unidos.
En los últimos días se ha agravado también la situación de los migrantes cubanos que están desesperados por recibir sus salvoconductos para poder seguir viaje y pedir asilo en la frontera con Estados Unidos.
En declaraciones a Telemundo 51, varios cubanos insistían ayer en que todo su interés es recibir cuanto antes su salvoconducto para seguir camino hacia territorio norteamericano.
"Nosotros no estamos pidiendo que nos den agua. Nosotros eso nos lo pagamos. Nosotros lo que queremos es que nos den un salvoconducto para volar hacia nuestro sueño”, indicó uno de los entrevistados.
Sin embargo, es una realidad que varios cubanos acumulan ya muchas jornadas de espera, el dinero se les acaba y algunos pueden sobrevivir gracias a la ayuda recibida en entidades solidarias o religiosas, a la espera de poder presentarse a la entrevista de asilo.
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