El entusiasmo de un pariente que trajo la noticia a las afueras del Tribunal, sumado a la voluntad esquiva de una abogada, vinieron a edulcorar la petición hecha por la fiscalía para el caso de Maikel Castillo Pérez el pasado miércoles 20 de marzo (formulación que no se escuchó en la sala) y hoy su tío Orestes Pérez nos asegura que esta consiste en un año de cárcel, a secas, lo cual es coherente con el dibujo represor que esperábamos.
Maikel fue apresado el 25 de septiembre de 2018, acusado de atentado, después de organizar un concierto en La Madriguera simpatizante con la campaña contra el Decreto-ley 349. Dos días después del espectáculo, la policía aparece en casa del rapero y lo arresta alegando que revisaban una multa que Maikel había recibido tres meses antes. Los espacios para Rap en La Madriguera, por su parte, cierran por varias semanas y cuando vuelven a abrir, lo hacen pidiendo letras por delante y lista de invitados a los artistas antes de cualquier evento.
El rapero Maikel Castillo (que firma Maykel Osorbo) es llevado a la prisión “Valle Grande” y durante más de seis meses permanece en un impasse legal que revela la voluntad represora de la Seguridad del Estado. Varias acciones ha conducido Maykel para llamar la atención desde su encierro: ha hecho huelgas de hambre, se ha cocido la boca (literalmente), ha escrito cartas.
El 19 de marzo sale a la luz una de ellas donde el autor cuenta en tono de burla cómo la Seguridad del Estado intentó captarlo y desestima los papeles que firmó durante su supuesto reclutamiento. Ese mismo día por la noche logra enviar un mensaje a su esposa avisando que su juicio sería al día siguiente.
Ni siquiera su abogada sabía de esa programación, ni siquiera el nombre de la letrada aparecía en todo el expediente de Maikel Castillo que tenía el Tribunal municipal de la Habana Vieja, y hubo que correr – aunque, contradictoriamente, al mismo tiempo apareció un testigo de la Defensa, que había sido convocado, según refiere, quince días antes -. Después de mucha tensión, una hora antes de juicio, aparece por fin la letrada y conduce finalmente una defensa que no deja lugar a dudas sobre la inocencia de Maikel Castillo.
La multa de junio de 2018 refería a un altercado que Maikel había tenido con la policía cuando paseaba a su hija de 2 años en el Parque Cristo. Entonces ocurre en el lugar un operativo de agentes de antinarcóticos que persiguen y arrestan a sospechosos de algún crimen.
Maikel, supuestamente, saca un celular para filmar el hecho. La policía lo requiere. Él alega que le arrebatan el teléfono. Ocurre un forcejeo. Caen al piso. Arrestan violentamente al rapero y dejan abandonada a la hija en el parque. A los pocos días, sin embargo, lo sueltan con una multa y Maikel interpone una demanda contra el oficial que dejó a su hija sola. En eso estaba cuando ocurre concierto.
La defensa demostró que se habían violado procedimientos legales al ser la multa revocada por la misma instancia que la produjo, demostró que los demandantes no habían presentado pruebas de lesiones (por las que pedían años de prisión para el artista), que además habían ofrecido testimonios contradictorios, probablemente ajenos a la verdad (al negar la existencia de la niña), etc.
Tan contundente fue la defensa, tan pobre el desempeño de la fiscalía, que familiares y amigos salieron pensando que a Maikel quedaría en libertad, e incluso, uno de ellos habla con la abogada y trae la noticia de que la fiscalía pedía a lo sumo un año de condena pero que probablemente lo cumpliría en la calle.
“Es para que me hubieran dado la libertad inmediata” nos comenta Maykel Osorbo desde la prisión de Valle Grande, en total desacuerdo con el resultado del juicio. Lo cierto es que, a pesar de los argumentos a favor de su inocencia, Maykel Osorbo sigue en cárcel y pudiera estarlo por cuatro meses más si, como suponemos, la Seguridad del Estado decide utilizar su caso para enviar un mensaje, sobre todo, a los artistas “de la calle” que se atrevan a actuar contra el régimen.
El día 4 de abril (o a lo sumo el 10) se sabrá la sentencia de la jueza. De momento, el rapero ya cumple 7 meses preso sin justificación plausible, como se demostró en el juicio en presencia de familiares y amigos.
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