La recta de 98 millas por hora con que Aroldis Chapman liquidó anoche a Mikie Mahtook para finiquitar el duelo Yanquis-Tigres, tuvo la doble recompensa de concederle al zurdo su primer rescate de la temporada y permitirle el arribo a los 800 ponches en el mejor béisbol del mundo.
El Misil llegó al número redondo en su décima campaña ligamayorista, luego de 480.2 innings de trabajo. Es decir, con una fabulosa media de ¡15! strikeouts por juego completo.
Lógicamente, Chapman no puede ser el líder histórico en esa estadística (codificada como SO9) porque su permanente condición de cerrador le impide disponer a estas alturas del número mínimo de entradas exigidas, que son mil. Es más: sería milagroso que algún día consiga el millar de capítulos lanzados, habida cuenta de que ya cumplió 31 años.
Así pues, no vale la comparación con los hombres que encabezan el departamento, quienes son abridores en todos los casos: Chris Sale (10.86), Randy Johnson (10.61), Stephen Strasburg (10.58), Max Scherzer (10.42) y Kerry Wood (10.32). Entonces, seamos justos: comparemos el promedio de Chapman con el de los otros grandes killers de su tiempo.
El resultado es el siguiente: Craig Kimbrel (14.7), Kenley Jansen (13.5), David Robertson (11.9), Greg Holland (11.6), Cody Allen (11.5), Joakim Soria (9.7), Fernando Rodney (9.1), Wade Davis (8.5), Mark Melancon (8.1) y Zack Britton (7.4). O sea, que solo Dirty Craig logra acercársele, mas tampoco lo alcanza.
Y entre los máximos taponeros de todas las épocas, ¿qué lugar ocupa Chapman en eso de ponchar adversarios cada nueve episodios de faena? Pues también el primero, porque Mariano Rivera cerró en 8.2, Trevor Hoffman en 9.4, Lee Smith en 8.7, Francisco Rodríguez en 10.5 y John Franco en 7.
De manera que, cuando hablamos del cinco veces All Star y campeón de la Serie Mundial en 2016, los cubanos podemos blasonar de que somos compatriotas de uno de los ponchadores más brutales en la dilatada historia del béisbol. Tal vez, el más.
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