El Hotel Santa Clara Libre acaba de cumplir 63 años de su apertura, y su imagen no puede ser más deplorable, según el criterio de los turistas y los propios pobladores. Este edificio constituye un verdadero ícono, ya que se trata del más alto de la ciudad que le da nombre, y puede ser avistado desde diferentes puntos de la misma.
Sin embargo, su apariencia actual difiere del glamour y acogedor encanto con que abrió sus puertas el 22 de abril de 1956. Su historia cambió de manera drástica luego de que fuera tomado por las tropas del Che Guevara en diciembre de 1958, y expropiado un par de años después.
Habitaciones tan estrechas que algunos huéspedes las definen como jaulas, baños sucios donde en ocasiones falta el agua, paredes con filtraciones, viejos equipos de climatización y refrigeración y, por si fuera poco, hasta presencia de cucarachas son algunas de las críticas más recurrentes que recibe el emblemático hotel, que hoy las autoridades del turismo en la provincia se empeñan en glorificar.
“Como fuimos sede de la feria del turismo 2018, se le repararon dos pisos, se decoraron y ambientaron completamente, con todo el mobiliario nuevo”, explicó Yurién Jiménez Rodríguez, director del hotel, a la emisora santaclareña CMHW, por medio de la cual extendió sus felicitaciones a su colectivo de 88 trabajadores.
“Quisiera felicitarlos a todos y pedirles que continúen trabajando con tanta calidad en los servicios y sobrecumpliendo los ingresos”, expresó el directivo con emoción evidente. Igualmente les recordó que el hecho de tener una habitación museo (la 404), donde se alojó Fidel Castro en marzo de 1959, es un incentivo para el trabajo que realizan cada día.
Sin embargo, ni la calidad en los servicios, ni los cambios de mobiliario que él alude se hacen notar en el inmueble. Sus palabras parecieran una broma de mal gusto, pues la anticuada ambientación y los continuos desplantes por parte del personal figuran entre los señalamientos más recurrentes de los huéspedes en TripAdvisor.
Las opiniones no pueden ser más desalentadoras, en la prestigiosa web de viajes, pues excluyendo aquellos criterios laudatorios provenientes del personal del propio hotel, los calificativos más recurrentes de los huéspedes son los de “pésimo”, “terrible”, “estafa” y “horrible”.
El Santa Clara Libre, perteneciente a la cadena estatal Islazul no goza de aceptación ni siquiera entre los propios santaclareños. “Es realmente decepcionante que en 60 años en esta ciudad no se haya construido un edificio más alto que este. Para mí no hay un mayor síntoma de la decadencia, ineficiencia y atraso de este país”, explica Yordanis, un joven arquitecto que trabaja como fotógrafo por cuenta propia en la ciudad de Santa Clara.
“Nunca fue un edificio de grandes valores arquitectónicos, de hecho, rompe con el ambiente ecléctico con predominio neoclásico que distingue al centro de la ciudad. Pero da vergüenza el estado en que se encuentra, es raro que un santaclareño decida alojarse allí, solo caen los turistas que no saben”, concluye él.
Hospedarse una noche en el Hotel Santa Clara libre tiene un costo que oscila entre los 35 y los 67 CUC, y no resulta nada extraño que para muchos constituya una verdadera estafa si se tienen en cuenta las experiencias precedentes.
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