Varios padres de Santiago de Cuba se encuentran alarmados, después de que se filtrase la información de que por más de un mes sus hijos no comieron pollo en los círculos infantiles, porque la escasez de ese producto ha llegado hasta esos centros educativos.
“Tengo una amiga que trabaja en educación y me alertó que le reforzara la alimentación de mi hijo en la casa. Normalmente lo hago, pero me llamó la atención que me insistiera en eso. Le pregunté por qué y me dijo que no estaba llegando el pollo a los círculos infantiles hacía un mes”, comenta una madre santiaguera.
“Cosas como estas debían decirlas a los padres, no deberíamos enterarnos por comentarios por gente que lo dice porque son amigos. Le pregunté a una tía del círculo de mi hijo y me lo confirmó, me dijo que efectivamente no había llegado pollo por más de un mes, y que estaban dando como sustituto embutidos, salchichas y cosas así, imagínate, a mi hijo en la casa trato de no darle nada de eso porque es comida basura”, opina.
Fuentes oficiales, que prefieren mantener el anonimato, aseguran que ya está entrando el pollo a los círculos, aunque en pocas cantidades, mientras los rumores en la calle apuntan que parte de ese cárnico que ahora se les da a los niños está siendo desviado de la asignación que debía entrar en los círculos de abuelos.
“Mi hijo ha estado almorzando por un mes solamente arroz y frijoles, y yo sin saberlo. En los círculos les dan a los niños el pan sin nada, poca leche, y algunos inventos que bien ni sé qué son, pero de todas formas aprenden ahí más que en la casa o en los cuidos privados, y al menos se supone haya personal capacitado. Siguen siendo la mejor opción, pero ¿hasta cuándo será así?”, explica.
Las familias normalmente hacen de todo para lograr un cupo en una de estas instituciones con el sueño de que ahí recibirán las mejores atenciones, también porque los cuidos privados son opciones muy caras e inalcanzables para los cubanos de a pie.
Aquellas madres que son cuentapropistas, aunque tienen derechos a este cupo, no pertenecen a los llamados sectores priorizados, lo que es lo mismo que no tener una capacidad.
Pagar una botella, un viejo recurso heredado de la Cuba de antes de 1959, es una tabla de salvaguarda habitual en estos tiempos, pues de esta forma se asegura tener un “vínculo con un centro de trabajo”, y por ende más posibilidades de tener al bebé en el círculo infantil.
“Después mantienen esta botella por un tiempo, cuando tengas a tu bebé ya en el círculo, pues nada dices que eres cuentapropista pero ya el niño está dentro y tienen que dejarlo”, asegura una madre.
Sin embargo lo que muchos se preguntan hoy es hasta qué medida la actual crisis que se viene encima afectará hoy la calidad de los círculos infantiles, al extremo que será más recomendable que los niños estén en cuidos privados.
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