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Autoridades policiales de Arizona han detenido a una banda criminal cubana que robó los números de cientos de tarjetas de crédito en las gasolineras situadas en el área metropolitana de Phoenix, capital del estado, informó azcentral, página web del periódico La República de Arizona.
Los seis miembros del grupo imprimieron números robados en tarjetas falsas para comprar cientos de galones de combustible que luego vendían en el mercado negro.
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Tras un año de investigación, fueron arrestados bajo sospecha de los delitos de robo de identidad, conspiración, conspiración, conducción ilegal de una empresa, manipulación de computadoras y robo organizado de tiendas minoristas.
“Creemos que estos individuos son parte de una red criminal más grande que está asociada con el crimen organizado cubano con sede en Florida. Sabemos que estos grupos.... están presentes en la mayoría de los estados, incluyendo Arizona”, dijo el portavoz de la Oficina del Procurador General, Ryan Anderson.
Los ladrones son acusados de instalar dispositivos skimmers en las gasolineras para registrar los números de las tarjetas de crédito y débito empleadas en las transacciones financieras. Descargaron los datos con la tecnología Bluetooth y compraron otros números robados a terceros, los cuales fueron impresos en tarjetas clonadas.
Luego, con las tarjetas falsas, llenaron tanques exteriores instalados en al menos siete camionetas.
Según explicó un experto, los skimmers pueden instalarse en unos segundos y tienen capacidad para almacenar hasta 2.000 números de tarjeta cada uno. Los conocidos como tanques de transferencia, que contienen hasta 150 galones de combustible, pueden comprarse en internet por 200 dólares.
“Estos tanques pueden parecer una caja de herramientas, una caravana o una cubierta de tonneau y tendrían tanques de combustible disfrazados con ellos. Estos criminales llegarían a una gasolinera y llenarían todo el tanque de combustible auxiliar y luego venderían el combustible a un individuo en el mercado libre”, añadió Anderson.
Hasta ahora se ha descubierto que los cubanos vendieron al menos 300 galones a camioneros comerciales en un lote de almacenamiento privado.
Se han encontrado cerca de 40 víctimas cuyos números de tarjeta fueron robados, lo que da un total de 8.000 dólares en compras fraudulentas, pero se cree que haya muchos más.
“Lo que sabemos ahora mismo es sólo la punta del iceberg. Es probable que la pérdida total sea mucho mayor. Esta fue una transacción criminal organizada y sofisticada”, aseguró Anderson.
Otras siete personas son aún buscadas por la policía.
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