El embajador cubano en Estados Unidos, José Ramón Cabañas, visitó Cayo Hueso (Key West) para exaltar los sitios históricos y palpar "la huella de José Martí" en la ciudad más sureña de la Florida, pero olvidó hacer una parada en el más emblemático de los edificios locales relacionados con Cuba: el Instituto San Carlos.
Publicaciones de Cayo Hueso reflejaron la visita de Cabañas al enclave turístico surfloridano del 13 al 16 de mayo, y el propio funcionario se encargó de reseñar ampliamente su recorrido a través de Twitter. Transitó incluso por la Calle Duval, donde se ubica la histórica institución, pero no pareció detenerse en el San Carlos.
"Me enteré de la visita, pero nadie se comunicó con nosotros para informarnos si la comitiva pasaría por allí", dijo a CiberCuba el abogado cubanoamericano Rafael Peñalver, presidente de la junta directiva del Instituto San Carlos.
Peñalver, una prominente figura de la comunidad exiliada en Miami, dijo que el San Carlos está abierto al público sin ninguna restricción, pero no aceptaría acoger un evento oficial que involucre a funcionarios del régimen cubano.
"No hubiéramos permitido ningún intento de realizar allí un acto oficial", aseguró Peñalver, que calificó la visita de Cabañas a Cayo Hueso como "un recorrido turístico de poca repercusión pública".
Fundado en 1871 con donaciones de tabaqueros cubanos, el Instituto San Carlos estuvo dedicado desde sus comienzos a promover la enseñanza, la cultura y el patriotismo. Fue allí donde Martí, que lo llamaba La Casa Cuba, proclamó los estatutos del Partido Revolucionario Cubano tras la llamada Convención de Key West, en enero de 1892.
Después de permanecer cerrado durante décadas por su estado de deterioro, el Instituto San Carlos fue restaurado y reabierto por los esfuerzos de los exiliados cubanos en enero de 1992. La instalación se mantiene con donativos privados y el trabajo de voluntarios, bajo la administración de una junta directiva de 16 miembros.
Los exiliados consideran el San Carlos como "una casa espiritual para el pueblo cubano y en un templo para quienes aman la libertad en cualquier parte del mundo", según reza en las palabras de bienvenida al lugar.
"La huella de José Martí en Cayo Hueso está en todas partes y la población local respeta y venera al gigante de Cuba que alzó a un pueblo en la lucha por su independencia", escribió Cabañas en uno de sus mensajes en las redes sociales.
Pero el visitante prefirió ir a buscar el legado martiano en otros sitios de Cayo Hueso, como La Terraza de Martí, donde el prócer cubano se reunía con sus compatriotas en el siglo XIX para recabar apoyo en la causa independentista, o en el monumento erigido en su memoria en la Calle Virginia.
La estancia de Cabañas por tres días en Cayo Hueso coincidió con una etapa de agravamiento de las tensiones entre Cuba y Estados Unidos, tras amenazas del presidente Donald Trump de reforzar el embargo con recortes a los viajes y las remesas a isla.
Curiosamente, ningún medio hispano del sur de la Florida reportó la visita del embajador cubano. Su recorrido transcurrió sin incidentes públicos ni protestas de personas opuestas al régimen de La Habana.
Sin embargo, la acogida que halló por parte de los anfitriones y los oficiales electos de la ciudad le resultó muy propicia para hablar de cooperación bilateral, intercambios culturales, visitas recíprocas y turismo.
"El tema con Cayo Hueso para los cubanos no es solo la proximidad física, la historia y la vecindad, sino el genuino sentimiento de cariño y sensibilidad de su gente hacia Cuba", dijo Cabañas en otro tuit, acompañando una foto suya junto al marcador que sitúa el punto del territorio estadounidense más cercano a Cuba.
La visita de Cabañas respondió a una invitación de la alcaldesa de Cayo Hueso, Teri Johnston. El embajador estuvo acompañado por su esposa Edilia, y el consejero de la misión diplomática cubana, Rodney González Maestrey.
La ocasión sirvió para emitir una proclama que declara a Cuba y Cayo Hueso como "islas hermanas". El documento fue firmado por la alcaldesa Johnston, el vicealcalde Sam Kaufman, y los cinco comisionados de la ciudad.
"Cayo Hueso fue el lugar de nacimiento del exitoso esfuerzo de Cuba por liberarse del yugo español, y José Martí, el padre de la guerra revolucionaria cubana, pasó muchos años aquí reuniendo apoyo para esa lucha", señala la proclama, presentada en una ceremonia pública en la lujosa mansión Southernmost House.
Entre los propósitos de la visita el diplomático dijo que estaba invitar a 500 personas de Cayo Hueso para que asistieran a las celebraciones por los 500 años de La Habana, el próximo noviembre.
Además, se reunió con integrantes de la comunidad cubana y empresarios locales interesados en promover vínculos con la isla caribeña.
La gira de la delegación cubana incluyó un recorrido en tranvía por la ciudad, una visita a la casa de Ernest Hemingway y una parada en la Key West Legal Rum Distillery, donde probó muestras de la producción ronera local.
Cayo Hueso representa una plaza con gran potencial para los viajes de estadounidenses a Cuba. Es un puerto de cruceros, una modalidad que aporta el 55 % de los viajeros de Estados Unidos a la isla, y su aeropuerto internacional realiza vuelos regulares a La Habana. Embarcaciones y veleros zarpan con frecuencia desde Cayo Hueso para realizar regatas en la isla.
Una propuesta para reactivar los servicios de un ferry Cayo Hueso-La Habana tiene el visto bueno del Departamento del Tesoro desde 2015, pero las cuatro compañías interesadas en el negocio esperan aún por una respuesta del gobierno cubano para atracar en sus puertos.
La agencia de viajes como Amiga Travel, del empresario local Jim Gilleran, organiza visitas culturales personalizadas a Cuba, mientras que Our Key West, creada por Robin Smith Martin, ofrece excursiones educativas con el tema de Hemingway, recreando la presencia del célebre escritor en Cayo Hueso y en La Habana.
Gilleran, quien acogió a Cabañas durante su visita, está incluso enfrascado en el proyecto de colocar en La Habana un marcador con el lema "90 millas a Cayo Hueso", similar al existente en la ciudad surfloridana.
El auge de estos proyectos educativos y de los contactos "pueblo a pueblo" que autorizó la administración Obama pudiera troncharse si se eliminan o restringen las categorías permitidas para los viajes de estadounidenses a Cuba, como anunció el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, el pasado abril. El Departamento del Tesoro debe emitir las nuevas normativas en julio.
La Casa Blanca pudiera incluso -como medida extrema- limitar la circulación de los diplomáticos cubanos en Estados Unidos, si es que decide reinstalar a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Pero los políticos de Cayo Hueso no parecen darse por enterados de los planes de la Casa Blanca, según el reporte de la publicación Keys Weekly sobre la reunión de la Comisión de la ciudad, el pasado martes.
"Hay una gran cantidad de camaradería y trabajo conjunto que resultará de esa visita", dijo el comisionado Clayton López, a lo que el vicealcalde Kaufman añadió: "La conexión que nuestra ciudad tendrá con La Habana para el intercambio económico y cultural es emocionante".
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