El Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria (GEIA) informó que este año incluirá en su cartera cuatro nuevos productos exportables: la tilapia, la tilapia roja, el filete de claria y la langosta de agua dulce, dijo la Agencia Cubana de Noticias.
De los cuatro productos, el que más llama la atención es la claria, por ser un animal que hasta hace unos años era prácticamente desconocido en la dieta del cubano, aunque debido a la actual escasez de alimentos, se ha vuelto muy demandado.
El anuncio se hace en fechas en que hasta la propia prensa oficialista ha reconocido que este pez, que era una de las pocas especies al alcance de los ciudadanos, “desapareció” de las pescaderías.
“Desde hace ya un buen tiempo, en las pescaderías habaneras desapareció la claria, el vilipendiado pez-gato que antes tuvo cierta presencia en la mesa de los cubanos”, admitió la emisora oficialista Radio Reloj.
Según el citado medio, aunque la especie estaba incluida “en el programa de desarrollo acuícola nacional junto a la tenca y la tilapia”, en los últimos años su captura disminuyó paulatinamente.
Esto no fuera tan doloroso si en Cuba, una nación está rodeada de agua, sus habitantes no tienen acceso a pescado ni mariscos.
La última medida tomada por el régimen ha sido regular la venta de pescado –tipo jurel– por la libreta de abastecimientos, de manera racionada y a un precio nunca antes visto: 20 pesos la libra.
De acuerdo con la normativa, solo se oferta un ejemplar al mes para núcleos familiares con uno a tres consumidores; dos para hogares con hasta seis personas, y tres pescados en aquellos donde viven seis personas o más.
Ante las quejas de la población por las condiciones de la venta así como por sus elevados precios, el Mincin publicó en su página web una nota en la que aclara que el “pescado liberado controlado” clasifica dentro de la categoría de venta liberada controlada: “no es un producto normado, por tanto, su precio no es subsidiado”.
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