Existen muchos mitos sobre el origen de la vida y casi todos están vinculados al mundo acuático. Pero las “Madres de Aguas”, en Cuba, están asociadas además al símbolo de las serpientes.
Madre de Aguas, la serpiente mágica en Cuba
Las serpientes en Cuba son conocidas como majá y si son pequeñas como jubos. Existen diferentes especies en la Isla, pero el más grande, famoso y llamativo por los colores de su piel, es el majá de Santa María.
Esta boa cubana, cuyo nombre científico es Epicrates angulifer, es una especie endémica. Tiene color amarillo dorado, jaspeado de gris oscuro y tonos de negro. Llega a alcanzar los seis metros de longitud y se cree que es el origen del mito de la Madre de Aguas.
El majá de Santa María es inofensivo para los seres humanos, sin embargo, con su extenso cuerpo es capaz de enrollarse, estrangular y devorar animales mayores que un ratón.
Se dice que las leyendas populares sobre su agresividad y modos de alimentación no tienen fundamento científico. Sin embargo, en Cuba tenemos un refrán que dice: “Si el río suena es porque piedras trae”.
“No te acerques a esa poza que ahí vive una Madre de Aguas”
En los campos del centro de Cuba, cuando a alguien le dicen esta frase, sabe que le hablan de un majá terrible, un peligro oscuro que se oculta entre el lodo y la maleza.
Se dice que se esconden en el fondo de las charcas y que han vivido tantos años que alcanzan dimensiones fuera de lo común y poderes místicos con los que pueden atraer incluso trombas marinas, cuando de regiones costeras se trata.
Esta descomunal serpiente es capaz de devorar todo lo que encuentra a su paso, desde un perro, hasta una yunta de bueyes. ¿Qué podría pasarle entonces a un humano que se encontrara con ella?
La Madre de Aguas también puede ser buena
En otros relatos la madre de aguas no ataca a los humanos. Sin embargo, quien la mate muere. Esto genera más temor en quienes escuchan la historia, porque no basta con tener la destreza de librarte de ella.
Hay un misterio que te perseguirá por haber entrado allí donde se está vedado y destruir a un ser sagrado. Para evitar el acceso a estas áreas se llegaba a decir que, aunque la serpiente no te toque, ni tú a ella, de solo verla te dará fiebre.
Samuel Feijó, un antropólogo poco convencional
Existió un antropólogo cubano muy poco convencional, al que muchas veces tomaron por loco, Samuel Feijó, pero de él les contaré en otra lectura. Este señor viajó por los campos cubanos recopilando leyendas directamente de los cuenteros.
En el año 1972 Elías Aguilar le contó a Feijó que hacía mucho tiempo, cuando en el ingenio “La Matilde” trabajaban centenares de esclavos, existía un profundo pozo en el cual habitaba una serpiente con cuernos.
Los esclavos le temían tanto que se negaban a limpiar el pozo, aunque por ello recibieran azotes. Algunos, entraron en el misterioso túnel y según cuenta la leyenda, al salir perdían la razón o se ahorcaban.
¿Qué se quería proteger en verdad con estas historias en los campos cubanos?
Para darle más veracidad al mito se dice que donde hay una Madre de Aguas el agua nunca se seca. Esto se corresponde con la zona más profunda de una poza, que suele ser justo donde brotan los manantiales.
Muchas de estas leyendas surgen en los campos cubanos para alejar a los niños del peligro de morir ahogados en los ríos o en pozas profundas. Sobre todo, porque eran lugares frecuentados en aventuras sin supervisión de adultos.
De modo que lo que en verdad custodian las Madres de Aguas, es la vida. Estas historias a fuerza de ser contadas una y otra vez se convierten en mitos de interés para los antropólogos y amantes de la oralidad.
El mito de las Madres de aguas se extingue poco a poco
Las Madres de Aguas eran un mito extendido por varias provincias cubanas, pero poco a poco la tradición oral va muriendo y con ella la fantasía y los personajes míticos de nuestra cultura popular tradicional.
La leyenda va desapareciendo porque los jóvenes cada vez disfrutan menos las historias fantásticas y los cuentos populares. La propia figura del cuentero ya está casi extinta, solo perviven algunos que nos deleitan en círculos cada vez más reducidos.
Quizás por eso los antropólogos y amantes de los estudios socioculturales cubanos nos aferramos a contar estas historias. Todo está documentado, solo se trata de saberlo encontrar, por eso aquí lo compartimos.
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