El escritor colombiano Gabriel García Márquez relató el difícil idilio de sus padres en su quinta novela, El amor en tiempos del cólera, de la cual se toma un fragmento para el guión de la película Cartas del parque, que asimilaba el mundo del folletín, la canción romántica, la radionovela y su posterior sucedánea, la telenovela.
La historia de amor que cuenta el filme cubano se ambienta en la ciudad de Matanzas, en 1913. La anécdota está protagonizada por Pedro, un escribano y poeta enamorado cuyo diseño se inspira en el Florentino Ariza de El amor en tiempos del cólera, que a su vez se inspira en Gabriel Eligio, el padre del escritor.
Tomás Gutiérrez Alea y García Márquez habían asistido en la misma época al Centro Experimental de Cinematografía en Roma, ambos compartían la preferencia por el neorrealismo, y los dos estaban intentando darle cuerpo y presencia al movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano.
En la inauguración de la casa sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, en 1985, el escritor reconoce tácitamente su respeto por la obra de Tomás Gutiérrez Alea, cuya película Los sobrevivientes, fue filmada íntegramente en la casona que albergaría a la Fundación.
Gutiérrez Alea padecía cataratas y fue intervenido en esta época, estaba fuera de los sets desde 1983, cuando terminó Hasta cierto punto, la historia de “amor imposible” entre un intelectual, guionista de cine, y una obrera del puerto.
Alrededor de 1986-87 el mayor cineasta cubano soñaba, y le propone al ICAIC, presidido en ese entonces por Julio García Espinosa, la adaptación de la novela El arpa y la sombra, de Alejo Carpentier. La producción sería costosa, y llevaría rodajes por lo menos en España y en el Vaticano. Tuvo que realizar un proyecto más factible.
Respecto al guión y la estructura narrativa, concebida entre García Márquez, Gutiérrez Alea y Eliseo Alberto Diego, con textos adicionales del poeta Eliseo Diego, Cartas del parque relata una historia tan sencilla que sus personajes se llaman Juan, Pedro y María, y el relato se subdivide en cuatro estaciones: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.
Cartas del parque describe nostálgica y plásticamente un mundo de relaciones, personajes y circunstancias casi olvidados por una cinematografía mayormente concentrada en la épica, y en las conquistas colectivas de la historia patria, porque las historias de amor apenas si ocuparon la atención de los cineastas cubanos.
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