Elías González Infante tiene 85 años, padece una demencia senil y tiene una prótesis en su cadera izquierda. El anciano, excombatiente de la revolución cubana, no tiene el apoyo de ninguna institución estatal.
Así lo declaró a Cubanet su hijo Elías González Palma en un vídeo donde cuenta que la situación que viven es bastante difícil.
“He ido a ver al que le atiende y me han dado mucha muela”, asegura González, quien vive en el reparto El Sevillano, en La Habana.
Según relata su padre estuvo vinculado a la lucha revolucionaria desde antes de 1959. Participó en Girón, Angola, la lucha contra bandidos y señaló que también trabajó en el correo diplomático, lo cual lo vinculó en cierto modo a Fidel Castro.
“Es una pena la historia que tiene él en este país, que sacrificó su vida y su familia a favor de la revolución; y que en estos momentos no tenga ayuda”, lamenta su hijo.
González Palma, que dice no compartir las ideas políticas de su progenitor, confiesa que su padre no tiene absolutamente nada. En este sentido explicó que solo recibe un salario de 600 pesos como retirado del MININT y una bolsa con alimentos que recibe una sola vez al año.
“Está completamente abandonado por el Estado”, afirma.
“Pido una ambulancia y se demora, los médicos no vienen”, se queja este joven cubano que pide ayuda a las autoridades para que su padre pueda recibir mejores atenciones médicas.
El caso de González Infante no es el único en el país. Otros combatientes de la revolución sufren igualmente el abandono de las instituciones de un Estado que debería brindar una atención a sus excombatientes.
Hace poco la Unión Patriótica de Cuba publicó un vídeo donde mostraba a un antiguo combatiente de Angola que quedó discapacitado y que también le pide ayuda al gobierno cubano.
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