Washington (Reuters) - El jefe interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, John Sanders, renunciará y dejará el cargo el 5 de julio, una medida que coincide con protestas por el trato a niños inmigrantes que están detenidos.
Abogados encendieron la alerta la semana pasada, después de descubrir a más de 300 niños migrantes en una estación de la patrulla fronteriza de Texas, donde dijeron que algunos habían estado recluidos por semanas sin la alimentación adecuada.
La mayoría de los niños fueron trasladados a otras instalaciones, pero 100 fueron devueltos al centro en Clint, Texas, dijeron el martes funcionarios de la CBP a periodistas.
Los relatos de los abogados sobre muchachos con ropa sucia y niños mayores que cuidan a los más pequeños aumentaron las críticas de activistas y de los demócratas contra las duras políticas de inmigración del presidente republicano Donald Trump.
Sanders había estado a cargo de la agencia desde abril, cuando Trump reorganizó los organismos de inmigración que dependen del Departamento de Seguridad Nacional.
Un aumento de las familias de migrantes, en su mayoría centroamericanas, ha desbordado las instalaciones fronterizas de Estados Unidos.
Muchos niños que cruzan la frontera solos, y aquellos a los que se separa de adultos que no son sus padres, deben ser transferidos rápidamente de la custodia de la patrulla fronteriza.
Un funcionario de la CBP, que habló a condición de que se mantenga su anonimato, dijo que la agencia no quiere la custodia de los niños porque "nuestras instalaciones no fueron diseñadas para eso".
Desde el 19 de marzo a la fecha, la CBP ha liberado 96.000 "unidades familiares", pero aún mantiene a miles de personas bajo custodia, dijeron funcionarios de la oficina.
Muchas familias centroamericanas que dicen que temen regresar a sus países de origen y buscan asilo en Estados Unidos a menudo son puestas en libertad a la espera de una resolución judicial de su solicitud.
(Reporte de Makini Brice y Andy Sullivan Reporte adicional de Mica Rosenberg en Nueva York y Kristina Cooke en Washington Editado en español por Javier López de Lérida)
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