"La economía cubana debe superar el estalinismo y avanzar hacia el mercado y la democracia", afirma el economista Elías Amor Bravo

"Existen evidencias que indican que la situación puede empeorar a corto plazo, porque las actuaciones emprendidas, como es el caso del aumento de salarios en el sector presupuestado, no van en la línea correcta", apunta el economista español nacido en Cuba.

Cubanos en una calle de La Habana, imagen de referencia © CiberCuba
Cubanos en una calle de La Habana, imagen de referencia Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 5 años

Hijo de emigrante español y de cubana que no aceptaron los ataques del castrismo a la Iglesia Católica y decidieron alejarse de Cuba, el profesor Elías Amor Bravo hace honor a sus apellidos; no consigue desprenderse del amor por la isla, pero se trata de una brava pasión, con la que lucha académicamente para contribuir a los cambios que considera necesarios, algunos inaplazables. Su reciente llegada a la presidencia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos ha complementado la labor de la institución con una dinámica sensibilidad económica.

¿Cuál es la situación económica de Cuba en el verano de 2019?


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No es buena. Desde el año 2016 el crecimiento del PIB no ha superado el 1,1% de promedio. Esta tasa es insuficiente para que la economía cubana prospere y mejore el nivel de vida de la población. Los motores de cola, como el turismo, las remesas del exterior o las inversiones extranjeras, se están apagando. Hay que crecer más, y superar el bloqueo interno con que el régimen somete a las fuerzas productivas de la nación.

Al mismo tiempo, los desequilibrios internos y externos se han agrandado como consecuencia de una deficiente gestión de la política económica. En el primer caso, el déficit del estado se ha disparado al entorno del 12% del PIB, a pesar de los intensos ajustes de gasto que se han venido realizando, incluido cierre de empresas estatales.

El economista Elías Amor Bravo. Captura de pantalla de YouTube.

De igual modo, tampoco se observan mejoras en el déficit comercial, donde la tasa de cobertura (la relación de las exportaciones sobre las importaciones) ha bajado hasta un 25% desde el 42% alcanzado en 2012. Estos dos desequilibrios limitan la disponibilidad de liquidez de la economía y su capacidad para crecer.

Existen evidencias que indican que la situación puede empeorar a corto plazo, porque las actuaciones emprendidas, como es el caso del aumento de salarios en el sector presupuestado, no van en la línea correcta.

¿Qué opinión te merece el paquete económico anunciado por el gobernante Miguel Díaz-Canel y su ministro de Economía, que incluye un aumento salarial y de las pensiones?

A corto plazo, los regímenes autoritarios utilizan este tipo de políticas populistas cuando perciben un aumento de la tensión social. En el caso de Cuba estas medidas no sirven para mejorar la situación de la economía, sino que van a aumentar las tensiones que ya existen.

Por ejemplo, los costes unitarios de producción se dispararán hacia el alza, dados los bajos niveles de productividad. Y ese aumento se trasladará del sector presupuestado al resto de la economía, porque no conviene olvidar que tiene un elevado peso en la misma y por ello ejerce una gran influencia en el resto de actividades y sectores.

Por otro lado, las tensiones en la gestión del presupuesto del Estado vendrán porque el dinero con el que se van a pagar estos aumentos de salarios y pensiones, procede de la caja única del Estado, que ya se encuentra bastante apretada por los programas expansivos de subsidios y servicios sociales.

En tal caso, o se reducen algunas partidas del presupuesto para pagar más salarios y pensiones, o se imprime papel moneda, y entonces, la inflación surgirá, o si en su caso, se acometen “precios topados”, se producirá más desabastecimiento y racionamiento.

Todo esto es consecuencia del bloqueo interno que mantiene el régimen hacia los cubanos, y de no liberalizar en profundidad el sistema económico y avanzar hacia la economía de mercado y derechos de propiedad privada.

El ministro de Economía de Cuba, acaba de anunciar que estudian una criptomoneda para Cuba; ¿cómo lo ves? Haciendo la salvedad que quizá mañana rectifique, como ha ocurrido con las mulas y el alojamiento de blogs en servidores extranjeros.

Hay que pedir un poco de seriedad al ministro. Vaya por delante que Cuba, su economía y sociedad en las actuales condiciones, no está para este tipo de enredos y pérdidas de tiempo “estudiando y analizando”. Si el ministro estuviera bien asesorado, debería saber que una criptomoneda, o dinero digital, como el bitcoin, es un medio apoyado en las innovaciones tecnológicas más avanzadas de la cuarta revolución industrial, que se intercambia de forma electrónica para realizar todo tipo de transacciones, generalmente de alto valor cuantitativo. El apoyo y la solvencia de la criptomoneda se encuentra en las modernas tecnologías digitales, los ordenadores, Internet y los sistemas de valor almacenados digitalmente.

Yo le pregunto al ministro Gil, ¿tiene Cuba actualmente algo de eso? ¿Lo puede tener en un plazo razonable? ¿Está preparada? ¿El grado de informatización y digitalización de la sociedad cubana justifica una acción de estas características?

Mucho me temo que no.

Que lo “cripto”, la codificación o encriptación matemática utilizada para crear, almacenar y transferir la moneda digital, puede incluso estar lejos de las posibilidades reales de la economía cubana en décadas, y del estado de la tecnología de la isla. No veo al castrismo creando una criptomoneda más, que se sume a las cerca de 30 que existen actualmente, con mayor o menor éxito a nivel mundial.

Sinceramente, no lo veo. Este tipo de cuestiones no suelen tener más que impacto mediático y poco más.

Recientemente, tu colega Humberto Pérez González criticó la lentitud de las reformas económicas en Cuba. ¿Cuál consideras que debe ser el ritmo adecuado de dichas reformas; consideras que son las reformas adecuadas?

Los economistas oficiales del régimen tienen sus opiniones sobre la naturaleza de las reformas y su ritmo. No podría ser de otro modo.

En 1959, la transformación de la economía cubana en una economía estalinista, controlada por el Estado, se realizó en muy poco tiempo, a golpe de normas alegales que nunca fueron aprobadas en parlamento alguno, ni recibieron respaldo democrático. Se nacionalizó, sin más, todo el capital productivo del país de golpe, y sin dar explicaciones.

Luego ocurrió lo que era previsible, el lento proceso de desgaste y empobrecimiento que padece la economía cubana durante seis décadas.

En mi opinión, las reformas hacia la economía de mercado y derechos de propiedad privada, que es la única vía de salida para el caos estalinista, como hicieron antes chinos o vietnamitas y europeos del este, se deben realizar con igual rapidez y sin que tiemble el pulso.

Hay que transferir los activos de la economía a los agentes privados y otorgarles un marco jurídico cierto y respetable para el ejercicio de los derechos, la acumulación de renta y riqueza, y la generación de beneficios.

El mercado se debe convertir en la institución principal de asignación de recursos en la economía.

El Estado deberá reducir su participación en la economía y limitarse a cumplir las funciones clásicas de estabilización, desarrollo y asignación de recursos complementarios al mercado. La planificación central de la economía deberá desaparecer y adaptarse a la planificación democrática.

Todos estos cambios se deben realizar cuanto antes, con el apoyo y supervisión de los organismos internacionales especializados. De nada de esto hablan los economistas oficiales ni tampoco los planes del régimen.

¿Son fiables las estadísticas cubanas?

Ciertamente en 2007 se produjo un contencioso entre el régimen y la CEPAL por el dato relativo al crecimiento del PIB, en el que Cuba pretendía incluir, entre otros, la valoración a precios de mercado de los servicios médicos y educativos, que en las estadísticas internacionales se incluían a precios de coste lógicamente más bajos. La polémica se cerró en falso, porque Cuba impuso su posición y CEPAL acabó aceptando el dato.

Las estadísticas cubanas se elaboran por un equipo de profesionales de la Oficina Nacional de Estadística e Información, sobre un amplio conjunto de indicadores del Sistema Estadístico Nacional. La mayoría de las estadísticas tienen naturaleza censal, es decir, no se basan en muestreos de las variables, sino en el cómputo de actividad de ficheros y registros administrativos.

Existen sectores para los que no se ofrece información, pese a su importancia, como el financiero y crediticio, o el relativo a movimientos de capital e inversiones extranjeras, e igualmente se echan en falta indicadores de coyuntura de la economía, es decir, datos trimestrales del PIB o de las principales variables.

Queda mucho camino por recorrer, pero creo que el trabajo de los profesionales de la estadística merece reconocimiento y desde luego, yo utilizo los datos de ONEI continuamente para mis análisis.

En torno a Cuba se ha generado un discurso económico plural con voces como Jorge Domínguez, Carmelo Mesa Lago, Pavel Vidal, Everleny Pérez, Juan Triana, Javier Pérez Capdevila, José Luis Rodríguez y tú. ¿Habláis entre vosotros, tenéis más coincidencias que discrepancias en torno a la economía cubana o tenías más discrepancias que coincidencias?

Es importante destacar que es más fácil dialogar con los economistas cubanos fuera de la isla que dentro. A tal fin, todos los años la última semana de julio y primera de agosto se celebra en Miami desde hace décadas, la reunión de la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE) que durante unos días reúne a economistas cubanos de la academia, del mundo empresarial y los medios de comunicación, a los dos lados del Estrecho de la Florida y de todos los países del mundo.

Allí se habla de economía, del presente y futuro de la isla, y recomiendo entrar en la página web de la asociación y consultar las actas y ponencias de los autores para comprobar la extraordinaria coincidencia que existe entre todos sobre cómo puede superar Cuba sus problemas económicos y avanzar. El discurso plural de economistas liberales, socialdemócratas, socialistas democráticos, queda conformado por una notable coincidencia sobre el qué hacer y cómo hacerlo para superar la grave crisis de la economía cubana.

En ese sentido, pienso que sería deseable, por ejemplo, organizar una reunión de la ASCE en La Habana, con el mismo nivel de libertad y criterio para opinar, dialogar y debatir que en Miami, y aprovecho este espacio para lanzar la propuesta a los dirigentes del régimen comunista. Mucho más provechoso que un discurso de Díaz-Canel, ante un auditorio silente como en la última reunión de la Asociación de Economistas de Cuba, celebrada hace unos días.

Los economistas del régimen, y los que no estamos en la oficialidad, podríamos hablar en Cuba y establecer acuerdos con mucha más facilidad que los políticos, porque la economía es una ciencia que tiene unas reglas muy claras. Por mucho que la intenten convertir en ideología, los procesos de producción y asignación de recursos tienen un componente técnico sobre el que existen pocas discrepancias.

El Gobierno cubano justifica parte de su fracaso económico en el embargo norteamericano; aunque Díaz-Canel habló recientemente del “bloqueo interno”. ¿Cuánto pesa el embargo norteamericano en la economía cubana? ¿Cuál es tu postura respecto al bloqueo, debe eliminarse o mantenerse

Cuba puede comerciar y recibir inversiones libremente de todos los países del mundo, sin más. Nunca ha sido imposible para un español o italiano hacer negocios en Cuba, tan solo han existido los límites impuestos por el régimen para establecer esas relaciones comerciales.

El bloqueo es un arma que ha servido al régimen para reforzar el mensaje victimista, que le proporciona no pocos réditos, pero los datos son los que son. Incluso Cuba ha podido realizar transacciones comerciales con EE UU, en la compra de carne de pollo y cereales, eso sí, pagando al contado porque no existe financiación.

Además, no conviene olvidar que los estudios realizados por The Havana Consulting Group indican que las remesas de las familias en el exterior proceden mayoritariamente de los Estados Unidos, y según datos de la ONEI, los viajeros procedentes de EE UU y de la comunidad cubana en el exterior (mayoría con origen en el mismo país) alcanzaron el 25,2% del total, la cuarta parte de las entradas en la isla.

Con estos mimbres, es evidente que el bloqueo externo no tiene nada que ver con el interno, al que he hecho referencia antes, y es mucho más grave porque refuerza el control por parte del Estado de la economía, para impedir la libertad y flexibilidad de los agentes económicos. Ahí reside el fracaso económico de un modelo que ya no existe en otros países del mundo, salvo Corea del Norte o Yemen.

Cuba se mantiene como un estado socialista, que no renuncia a su modelo económico de naturaleza estalinista, que es lo que explica su atraso y empobrecimiento.

El bloqueo que practica EE UU sobre la isla, básicamente la Ley LIBERTAD, se podría eliminar fácilmente si el régimen castrista hiciera lo que debe. Creo que la aplicación del Título III de la Ley Helms Burton va a servir para corregir muchas situaciones de injusticia que se han venido manteniendo desde hace mucho tiempo.

Si el bloqueo desapareciese sería una buena cosa, sobre todo porque Cuba habría dado los pasos hacia la libertad, la democracia y los derechos humanos. Lo que todos queremos.

Las últimas medidas de Donald Trump afectan al sector privado. Por ejemplo, las paladares han visto reducida su recaudación diaria en un 60% y han empezado a despedir trabajadores. ¿Que valoración haces de la política Trump respecto a Cuba?

Creo que es pronto para realizar una valoración de la nueva política de la Administración Trump hacia la economía cubana. Me interesa mucho el impacto que tendrá sobre el conglomerado de empresas controladas por el Ejército y la Seguridad del Estado. Este es uno de los baluartes de la economía abierta y el origen de buena parte de las divisas que colecta el régimen. Si las medidas de Trump ayudan a evitar este tipo de prácticas, bienvenidas sean. Con respecto al sector privado, insisto que necesitamos más tiempo para realizar un diagnóstico preciso.

Tengo la sensación que el régimen, como siempre, ha utilizado en esta ocasión la propaganda y el victimismo para presentar un problema que no es tal.

Los viajeros de cruceros que llegan a Cuba tan solo representan menos del 2% del total, es una cifra insignificante, que tiene un escaso impacto sobre los trabajadores por cuenta propia. En todo caso, la situación del turismo mundial no es buena, como indican los recientes informes del FMI y de la OCDE, con menor crecimiento en los países avanzados, así que ello puede tener efectos igualmente negativos sobre el turismo.

Lo podremos valorar mejor hacia finales de este año.

En años recientes, Marino Murillo Jorge apareció como el zar de las reformas económicas cubanas, pero lleva un tiempo en un plano más discreto. ¿Qué ha pasado para que se produzca ese cambio de foco?

Desde que dejó el ministerio en 2016, cuando lo designaron como responsable de la puesta en marcha de los llamados “lineamientos” Murillo ha mostrado un perfil más bajo y tecnocrático. Hace bien. Lo último que he leído de él es un reclamo para el aumento de la natalidad en las provincias cubanas. Cada vez que presenta sus informes sobre la implementación de los lineamientos, reconoce una y otra vez las dificultades para hacerlo. No es lo mismo que cuando puso en marcha el llamado “perfeccionamiento empresarial” en las empresas del Ejército. Sinceramente, creo que Murillo podría haber desplegado cambios mucho más efectivos en la economía cubana, pero no le dejaron. Sinceramente, le deseo lo mejor.

Consideras que el tardocastrismo asumirá todo el desgaste político y de popularidad que implica acometer las reformas estructurales de la economía o, por el contrario, dejará parte de tan ingrata tarea al primer gobierno democrático o postransición para repartirse el desgaste y preservar al Partido Comunista como una opción electoral a medio plazo?

Las expectativas con los Castro siempre se han quedado en eso. En 1990 cuando el Período Especial provocó una serie de transformaciones en la economía cubana para superar las dificultades del momento, muchos pensamos que todo aquello se mantendría posteriormente, dando pie al desarrollo de un sector privado sólido y competitivo.

La expectativa se vino abajo. Tan pronto como apareció el petróleo de Venezuela, Fidel Castro eliminó de un plumazo aquellas iniciativas privadas emprendedoras y recentralizó la economía.

Fue entonces que escribí mi primer libro, “Economía cubana: La oportunidad perdida” editado por Aduana Vieja, en referencia a aquel proceso que dio marcha atrás a unos cambios que iban en la línea correcta de las libertades y flexibilidad.

Hubo que esperar a 2006 para que Raúl Castro pusiera en marcha las pequeñas reformas y cambios que se han producido en los últimos años, bajo la dirección y control del Estado, siempre medidas superficiales y estéticas de escaso calado.

El trabajo privado independiente aún no alcanza el 30% del empleo total, la mayoría de activos productivos siguen en manos del estado y la planificación central continúa con sus errores de todos los años. En suma, no creo que el castrismo vaya a realizar las necesarias reformas de la economía, y por el contrario, está obstaculizando e incluso, en algunos casos, dificultando que se avance en el ámbito de las libertades económicas para los cubanos.

La transición económica se tendrá que realizar por un Gobierno democrático o de transición, pero no considero que esta actividad vaya a causar desgaste alguno sino todo lo contrario. Pienso que la ciudadanía cubana, una vez recuperadas sus libertades y con capacidad para decidir su futuro, se podrá poner al frente de las reformas económicas y el gobierno que se encargue de esa transformación contará con un gran apoyo social y sobre todo internacional.

¿Qué pinta un economista español en el mundo cubano?

Español de Santiago de las Vegas. Eso creo que lo resume todo. El gran Cabrera Infante, al que pude conocer personalmente en una de sus visitas a Valencia como jurado de la “Mostra del Cinema del Mediterrani”, me dijo en una ocasión: “¿Tú sabes qué es ser cubano?” tal vez para dar respuesta a una pregunta como la que me has formulado.

Me quedé en silencio, y entonces me lo explicó con sus frases lacónicas y llenas de sabiduría: “Ser cubano es llevar a Cuba en el corazón, pensar como cubano siempre, y acordarse de Cuba por lo menos una vez al día”.

Entonces me di cuenta que yo era uno más. Aquí me tienes.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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