“Demasiado churre en las botas y sangre de perro”, dice Humberto, quien trabaja como cuidador en el departamento de La Habana de Zoonosis, organismo encargado de regular la situación de los animales callejeros en Cuba.
Las condiciones en que son atrapados los animales por los trabajadores o “capturadores” de Zoonosis, los maltratos que sufren en las instalaciones del organismo y los métodos crueles que se usan para sacrificarlos han sido denunciados en más de una ocasión por activistas en favor del derecho animal en la Isla.
En estas instalaciones, en su mayor parte, los perros están totalmente desamparados, debido a que en Cuba no existe una ley de protección animal. Solo Resoluciones Ministeriales que funcionan como protocolo para la recogida y saneamiento de animales callejeros.
Como puede leerse en el oficialista Cubadebate, en este centro se sacrifican a los animales los martes y jueves con estricnina, una sustancia no recomendada actualmente para este uso, debido a que los perros y gatos suelen sufrir por horas una vez se les aplica la dosis de estricnina.
Muchos de los cubanos que llegan a trabajar en Znoosis lo hacen obligados por el Gobierno. Es el caso de Guillermo, uno de los custodios, exconvicto forzado a trabajar aquí como condición para salir en libertad de la cárcel.
Los organismos oficialistas no tienen claro la cifra de animales callejeros que existen en el país. Solo en La Habana podrían estar por encima de los 200 mil.
Los cubanos abogan desde hace años por una ley que juzgue el maltrato animal en la Isla pero hasta el momento esto no ha ocurrido.
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