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La emotiva historia del cubano desconocido que cuidó a una niña herida en el accidente de Ciego de Ávila

El hombre estuvo junto a la pequeña para que no se sintiera sola, algunos incluso le preguntaron de si era su padre y este respondió: "No. Yo no la conozco. Venía de Majagua y vi el accidente. Estaba tinta en sangre. Sin perder tiempo la monté en el auto y la traje al hospital. Yo no la conozco, pero se ha portado bien".


Este artículo es de hace 4 años

Los cubanos sacan fuerzas en los peores momentos y su mejor cara. Así lo demuestra esta historia de solidaridad real de un hombre desconocido con una de las niñas lesionadas en el accidente de tránsito en Ciego de Ávila.

Según cuenta el periodista Ortelio González Martínez en Facebook, este cubano –cuyo nombre no fue revelado– acompañó a la niña hasta que llegó uno de sus familiares al Cuerpo de Guardia del Hospital Antonio Luaces Iraola, donde fueron atendidos este domingo los heridos al volcarse un autobús con 44 personas.

El hombre estuvo junto a la pequeña para que no se sintiera sola, algunos incluso le preguntaron de si era su padre y este respondió: "No. Yo no la conozco. Venía de Majagua y vi el accidente. Estaba tinta en sangre. Sin perder tiempo la monté en el auto y la traje al hospital. Yo no la conozco, pero se ha portado bien".

El periodista, quien según su perfil trabajó en el órgano del Partido Comunista Granma, narra así la escena:

"—Quiero hacer pipi, dijo la niña.

Y el hombre: «Traigan un pato para que la niña haga pipi».

Y la niña: «No, no, yo quiero que sea mi mamá o mi papá». Y el hombre se despojó del pulóver rojo, improvisó una especie de paraban que impedía la mirada ajena y pidió a la señora —la que se ve al final de la fotografía— que se ocupara de la niña.

Y al rato, un alma con pulóver negro, traspasaba, sin frenos, el umbral, quizás pensando en el infierno, y allí estaba la niña, con su manita asida al hombre del pulóver rojo".

Unos trece niños fueron atendidos por este accidente que costó la vida a dos personas.

Otros presentes cuentan que "el chofer no venía a exceso de velocidad, ni había ingerido bebidas alcohólicas. Solo se tomó un refresco cuando llegó al hotel, porque tenía mucho calor".

Por su parte, los usuarios en redes sociales celebran esta historia porque "solo un buen ser humano con un gran corazón hace estas cosas", "así somos los cubanos, humanos" o "Dios mío, que esa niñita mejore pronto y todas las personas de ese trágico accidente, y para usted un millón de bendiciones por ese gesto de amor y compasión tan grande".

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