En el año 1990 una teleserie japonesa entró en los hogares cubanos y puso a todo el mundo a llorar desde los primeros capítulos. Contaba la historia de una mujer nacida en la era Meiji, pero no en los palacios del emperador de Japón, sino en una humilde casa rural.
Meiji significaba “culto a las reglas”
Oshin es el nombre de una teleserie japonesa que fue transmitida por Cubavisión en el año 1990. Estuvo producida por la cadena de televisión pública NHK y se estrenó en Japón en 1983. Tuvo 297 episodios de 15 minutos cada uno y se transmitió durante un año.
La historia del guionista Sugako Hashida está basada en la vida de Katsu Wada, madre del empresario japonés Kazuo Wada, fundador de la cadena de supermercados Yaohan.
La realización de esta serie estuvo a punto de ser vetada. Esto se debe a que narraba sucesos acaecidos en la era Meiji, un período histórico difícil de encajar por los japoneses, que se extendió entre 1868 y 1912.
Se le llama así porque se corresponde con los 45 años de reinado del emperador japonés Meiji Tenno. Este gobernante impulsó reformas que condujeron al país asiático a la occidentalización y a convertirse en una potencia armamentista mundial.
Pero mientras unas cosas marchaban a ritmo acelerado en las ciudades y para las clases dominantes, los conflictos socioeconómicos no eran menos complejos para los humildes. En este punto comienza a narrarse la vida de Oshin una niña nacida en 1900.
Oshin Tanokura decide tomar un boleto de tren para reencontrarse con su historia
La serie comienza con la desaparición de una empresaria de 83 años que incumple con un importante acto público organizado por su familia. Se ausenta de la inauguración de uno de los supermercados que regentan y esto causa gran confusión para sus allegados.
Uno de sus nietos se dispone a encontrar a la abuela. Una vez están juntos emprenden el viaje de regreso a casa y durante el camino Oshin comienza a contar sus recuerdos de vida a partir de los 7 años.
Lo que sigue es una desgarradora historia de esfuerzo y superación personal continua. Pero, más allá de un ejemplo aislado, la serie trata sobre la vida de miles de mujeres japonesas, representadas en la infancia, madurez y vejez de un personaje.
Oshin es un símbolo de la perseverancia
Su mayor legado quizás es la enseñanza de nunca renunciar a un sueño, ser honrado y trabajar hasta el cansancio, incluso en los momentos en que la vida parece que no tiene sentido.
La serie cautivó a la población de 67 países en que fue transmitida. Su nombre fue adoptado para cosas tan disimiles como una dieta a base de arroz, una línea de cruceros, el seudónimo de un deportista, o la forma de llamar a las empleadas domésticas.
Pero sobre todo en Oshin hay un canto a la supervivencia. Para muchos esta fue la forma que encontró Japón, un país con una de las más altas tasas de suicidios del mundo, de hacer un llamado a luchar por los mayores bienes que atesoramos, la familia y la vida.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: