El primer corte del álbum A Bayamo en coche es el tema llamado así mismo, compuesto y arreglado por el camagüeyano Adalberto Álvarez, quien se transformó, desde 1979, año en que se publicó ese disco, en una de las principales figuras de la música popular bailable cubana.
Además de rescatar el son tradicional, y enriquecerla con otras sonoridades, A Bayamo en coche recrea artísticamente una tradición arraigada en la ciudad cuna de la nacionalidad cubana. En Bayamo, las personas utilizan los coches no solo como medio de transporte local sino también para pasear, conocer lugares, en fin, recrearse, y sobre esos momentos habla la canción.
El álbum A Bayamo en coche contenía varios otros temas que sonaron muchísimo en Cuba alrededor de 1978-1980, como Calle Enramada (elegía sonera a lo singular de esa arteria santiaguera), El son de la madrugada (que luego tuvo una hermosa versión a cargo de Omara Portuondo), Se quema la trocha, Elena la cumbanchera… de modo que el disco se convirtió en un hito dentro de la música cubana de este corte.
La mayor parte de los temas contenidos en el disco fueron interpretados por Tiburón Morales, solista en ese entonces de la agrupación Son 14, fundada por el músico, intérprete, compositor y director de orquesta, El Caballero del Son, Adalberto Álvarez, a quien se le rindió homenaje, hace poco más de un mes, en el teatro Karl Marx, con un concierto para celebrar los 46 años de carrera del maestro sonero y los 35 de la fundación de la orquesta Adalberto Álvarez y su son.
El concierto devino homenaje memorable a la obra del autor de A Bayamo en coche. Allí se interpretaron algunos de los mejores temas compuestos por Adalberto, y en las voces de los mejores músicos cubanos como el Septeto Santiaguero (Son para un sonero), Pancho Amat y Alain Pérez (Tu fiel trovador), Alexander Abreu (Pura imagen) y Paulo F. G. (Fin de semana).
En otros momentos del concierto tomaron parte Frank Fernández, quien acompañó a dúo las voces de Adalberto Álvarez y Jorge Luis Rojas, “Rojitas” en Santa Cecilia, el mismo Rojitas con Tania Pantoja (Vivir lo nuestro) y en solitario (Y qué tú quieres que te den), Robertón y el Lele, vocalistas de Van Van (Agua que cae del cielo) mientras que la orquesta de Adalberto Álvarez y su Son se encargaron de De Cuba pa’l mundo entero, Son de la madrugada y Los caminos de Ifá.
Esa noche, el maestro José Luis Cortés insistió en demostrar todo lo que tenía de Mozart la música del Caballero, y se concentró específicamente en hablar sobre A Bayamo en coche, el tema que le avisó al público de la Isla, en 1979, sobre la existencia de un gran artista, el hombre que fue capaz de llevar el son a las escuelas de arte cubanas, alguien que ha defendido con altura y arte el son cubano, sin renunciar a la esencia de uno de los géneros musicales bailables que mejor representa nuestra idiosincrasia.
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