Cuba carece desde hace décadas de un método eficiente para la recogida de desechos sólidos; no extraña entonces que se hunda en la basura ante un serio déficit de combustible. Es por eso que una de las mayores víctimas de la inestabilidad de ese servicio en La Habana está siendo la localidad de Santiago de las Vegas, ubicada en el municipio de Boyeros.
Las esquinas son basureros interminables en los que a veces se sumergen los llamados “buzos” para buscar algún desperdicio que, en sus palabras, “puedan reutilizar”. Allí puede encontrar uno lo mismo un par de zapatos, que un inodoro, que un animal muerto.
La basura se ha tragado los espacios públicos, en tanto los mosquitos se mantienen “satos” y la indolencia de los que mandan crece.
A tenor con lo que expresa uno de los trabajadores de Comunales de ese territorio, que pide mantener el anonimato, todos los camiones están sin salir del parqueo por falta de combustible. “Dicen que el ‘buchito’ que quedaba lo estaban guardando para recoger la basura de las avenidas principales, pero ni esas uno ve limpias”, afirma el funcionario.
Una vecina de Santiago de las Vegas asegura que la basura se desborda en cada esquina desde antes de que hablara el presidente cubano Miguel Díaz-Canel el 11 de septiembre para explicar la situación energética “coyuntural” que atraviesa el país.
“Esto no es nuevo. Hace alrededor de un mes que por las cuadras secundarias no pasa ni un tractor recogiendo basura. Las cercas ya no aguantan el peso de las jabas llenas de desperdicios y lo mismo los ves regados por la acera que en la calle.
“En las dos últimas semanas ni los tanques de basura, que son lo que más priorizan porque están en las vías más transitadas, hemos visto recogidos. Además, ha llovido bastante en estos días así que la basura está mojada y puede tupir los alcantarillados”, aclara con pesar.
Por otro lado, el maestro Efraín puntualiza que “no solo se acumulan desechos domésticos, sino escombros. La higiene comunal es pésima y creo que a poca gente eso le importa algo. De nada sirve tener nuevos camiones colectores si la voluntad política y la disciplina social no los acompañan.
“No sé con qué cara ponen a los estudiantes de Medicina a hacer pesquisas buscando síntomas febriles en las casas cuando la basura está en las calles incentivando la transmisión de las mismas enfermedades que quieren controlar. Que hagan más trabajo profiláctico y limpien las calles y así habrá menos dengue, zika, o cualquier otro mal”, plantea.
Según confiesa Blanca, de 45 años, “la peste no nos deja vivir. Hay demasiados basureros ambulantes. Para dondequiera que miramos encontramos un microvertedero. Ya es como si estuviéramos obligados a convivir con ellos.
“Hay comentarios de que un grupo de personas quemó unos cuantos tanques de basura aquí en Santiago en señal de protesta y que por eso se ven más policías en la calle y menos basureros. Es una locura”, indica la cuentapropista.
Las estadísticas oficiales, por su parte, revelan que La Habana diariamente genera como promedio 20 000 metros cúbicos de basura.
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