Un video del youtuber cubano Juan Miguel Morales nos adentra en un sitio del país al que deben acudir con regularidad quienes tienen algún medio de transporte: las poncheras.
En el material se puede observar el día a día de un joven que, casi sin herramientas y muchas de ellas resultado de la innovación para solventar las carencias, busca el modo de ganarse la vida. En esta oportunidad reparando neumáticos, de casi cualquier vehículo, para que estos puedan seguir circulando.
Suciedad, polvo, grasa y calor se mezclan con los golpes constantes y el sonido del compresor de aire que le da el acabado al trabajo y pone sobre el pavimento la rueda que fue llevada hasta el taller.
Joan, con solo 23 años, trabaja dos días si y dos días no. Desde hace un lustro ha hecho suyo el oficio de “ponchero” pero se queja que tenga que hacer el trabajo de manera manual.
“Con una máquina es menos”, dice mientras maneja con maestría las herramientas que de manera “criolla” ha inventado para desempeñar su labor.
En el taller Joan coge “ponches” de todo “menos de camión”. Saber encontrar el orificio por el que se escapa el aire de la cámara que se intenta reparar es algo que el joven demuestra hacer con soltura. Quizás lo suyo no sean las palabras, pero se enfrenta a casi cualquier formato de una manera profesional.
Viéndolo pareciera fácil desmontar y montar estos neumáticos, pero se trata de mañana y empeño, algo que al joven le sirve para llegar a ser “el mejor” y que sus clientes se sientan complacidos.
“Hay un rumor que dice que a los cubanos no nos gusta trabajar”, le pregunta el youtuber que filma el video. El joven, quizás un poco avergonzado por sentirse entrevistado, solo atina a decir: “Yo respondo con el trabajo”.
Con las manos impregnadas de la suciedad propia de este oficio y el rostro iluminado por la juventud que sus cortos 23 años le pudieran ofrecer, Joan se considera un luchador “hasta el final”.
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