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El preso político más antiguo de Cuba, Armando Sosa Fortuny, falleció este lunes en la sala de penados del hospital “Amalia Simoni” de Camagüey por un agravamiento de su diabetes y otras complicaciones cardiovasculares. Cumplía una condena de 30 años.
Una fuente familiar informó a CiberCuba del fallecimiento de Sosa Fortuny alrededor de las 9 p.m. en la institución hospitalaria, donde permanecía internado desde agosto, afectado por una reciente fractura de cadera. La noticia le fue comunicada a un familiar en La Habana para que viajara a Camagüey y procediera a la identificación del cadáver en Medicina Legal.
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Sosa Fortuny desembarcó en 1993 en la isla, donde fue apresado y condenado a 30 años por entrada ilegal y actos contra la Seguridad del Estado, según la causa en la que fue juzgado junto a otros cubanos integrantes de un comando armado.
Nunca obtuvo libertad condicional ni licencia extrapenal, aunque tenía 76 años y ya había permanecido 26 en las cárceles cubanas.
Pero en realidad Fortuny vivió preso por motivos políticos más de la mitad de su vida: 44 años.
Con 18 años salió de Cuba clandestinamente y desesembarcó en octubre de 1960 con la misión de derrocar al gobierno revolucionario. La operación fue detectada, uno de los expedicionarios murió en combate y 10 fueron fusilados, entre ellos tres estadounidenses. Salió nuevamente al exilio y se preparó para la nueva expedición que lo retornaría definitivamente a una prisión en la isla.
En 2018 las autoridades comunicaron a Sosa Fortuny, que le habían concedido “la mínima”, que en el argot carcelario significa la antesala de una libertad condicional o licencia extrapenal, medidas que nunca llegaron a materializarse.
Graciela Suárez, madre de Humberto de Real Suárez, condenado en la misma causa, y que se ha ocupado de atender a Sosa Fortuny y a otro reo en sus largos años de encarcelamiento, dijo que la Seguridad del Estado contactó con un sobrino del preso fallecido para comunicarle la noticia y enviarle un vehículo que lo trasladara desde La Habana a Camagüey.
El director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Alejandro González Raga, criticó la actitud del gobierno cubano de no incluir a Sosa Fortuny en el último indulto que realizó a mediados de año y achacó esa “crueldad” a la actitud mantenida por el reo ante sus carceleros.
Además lamentó que no se escuchó la campaña de esta organización que exigía la libertad del preso.
“No lo iban a perdonar y no lo perdonaron, los que han fusilado y encarcelado a miles de cubanos”, precisó González Raga, que recordó cómo Fidel y Raúl Castro y el resto de asaltantes a los cuarteles Moncada y de Bayamo fueron indultados por Fulgencio Batista; pese a no haber cumplido ni la tercera parte de sus condenas.
Sosa Fortuny acumuló un largo historial de lucha anticastrista. En 1961 huyó de Cuba clandestinamente, pero volvió un año más tarde, también de forma clandestina siendo apresado y condenado a 25 años de prisión, de los que cumplió 18.
En 1980 salió al exilio y permaneció en Miami hasta 1993, cuando participó en la expedición armada que desembarcó en Cuba.
De la causa en la que fue condenado Sosa Fortuny, permanecen encarcelados Miguel Díaz Bouza, de 78 años; y Humberto de Real Suárez, de 51. El primero fue sentenciado a 30 años y el último a cadena perpetua.
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