Una familia residente en un apartamento en el municipio Cerro, en La Habana, ha relatado a CiberCuba que están a punto de ser desalojados porque uno de los miembros del núcleo familiar cumple sentencia de cárcel por consumo de drogas y ello ha servido de pretexto a las autoridades para echarlos.
La señora entrevistada por Iliana Hernández asegura que los propietarios de la vivienda son ella y su marido, que permutaron un apartamento de microbrigada en el Vedado por ese apartamento en el Cerro.
En pormenorizada explicación, la madre del joven que está en prisión explicó que su hijo se crió en Santiago de Cuba con la abuela, pero que iba y venía periódicamente a La Habana y se quedaba en el apartamento donde, no obstante, nunca estuvo inscrito ni tuvo nada que ver con la propiedad de la casa.
Con el tiempo se convirtió en drogadicto y pese a que la familia indica que llamó a la Línea de Ayuda, les dijeron que el joven tenía que estar de acuerdo en aceptar un ingreso médico y tratamiento, algo que no sucedió.
La situación fue empeorando. El joven no tenía dinero, robaba a su propia familia para consumir drogas, hasta que un día en un registro en la vivienda la policía le ocupó una pequeña bolsita, que sirvió de base para su encarcelamiento y condena a prisión.
Un año después del encarcelamiento empezaron las amenazas de desalojo, pese a protestas a diferentes instancias. En una de esas instancias, la entrevistada asegura que un fiscal le dijo que ella era responsable de lo que hizo su hijo por no haberlo sabido encaminar en la vida.
El panorama actual es una amenaza de desalojo inminente y el traslado obligatorio de toda la familia a un albergue que ya han visitado y que definen como un “establo de caballos”.
Lo sorprendente es que la historia es similar a la relatada a comienzos de octubre por otra familia en el municipio Playa, también en La Habana, donde 11 miembros de una casa estaban amenazados de desalojo por estar vinculados a un condenado por consumo de drogas, pese a que de momento no se ha concretado la expulsión gracias al apoyo de los vecinos. En ese caso, la familia denunció que las autoridades de Vivienda los querían desalojar para vender la casa a albergados.
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