La ciencia a veces tiene respuestas para todo y otras prefiere callar para dejar que nos maravillemos con lo oculto. Los cubanos lo sabemos bien, conocemos los caminos del destino, esos que llevan a quienes nacen bajo el sol de Cuba a estudiar los secretos de la nieve.
Es la historia de Marely Cuba Díaz, una científica cubana que labra su camino profesional en Chile desde hace 21 años y es actualmente reconocida como una de las investigadoras más destacadas en el estudio de la Antártica.
Marely es oriunda de Pedro Pi Viejo, un pueblito del Municipio San José de las Lajas, en Mayabeque. Se graduó de Biología en la Universidad de La Habana y también en este prestigioso centro educativo terminó su Máster en Biología Vegetal con mención en Biotecnología Vegetal.
Hace más de veinte años fue invitada a colaborar en un proyecto investigativo que favorecía su formación profesional. Aprovechó la oportunidad para hacer su Doctorado en Bioquímica, en la Universidad de Chile.
Sus trabajos científicos están centrados en la vida vegetal en la Antártica. Es investigadora y docente de la Universidad de Concepción, en el campus Los Ángeles, donde contribuye a la formación de nuevos profesionales chilenos.
En el 2018 Marely Cuba recibió el Premio Ciencia Antártica, otorgado por el Instituto Antártico Chileno (INACH).
Una mujer que persigue sus sueños
Marely relata que, entre su infancia y adolescencia, en las clases de ciencias naturales tuvo su primera referencia de la Antártica. “Recuerdo que me llamó la atención por la nieve y los glaciares, pero era algo muy lejano”.
Su llegada a Chile fue a través del estudio de especies muy distintas a las plantas vasculares antárticas que actualmente investiga. Entre ellas está la Colobanthus quitensis, que le muestra los secretos que le permiten vivir en la Antártica.
Marely actualmente es la directora del Programa de Ciencia Antártica y Subantártica de la Universidad de Concepción. Esta cubana-chilena ha sido nombrada científica permanente en el área de Ciencias de la Vida, del Comité Nacional de Investigaciones Antárticas 2019-2022.
El camino no ha sido de rosas, menos en una región tan compleja desde el punto de vista geográfico. A la adaptación al frío y las características socioculturales de Chile, su nuevo país, se sumaron los dolores del emigrante que no son físicos, sino del alma.
Al preguntarle sobre los mayores retos que en este sentido tuvo que superar en los primeros años, Marely me cuenta sin dudar: “¡Estar sola, sin la familia! A pesar de que siempre encontré personas muy amorosas que me acogieron, estar lejos de la familia siempre ha sido un reto”.
Asumir que no volverás a Cuba en mucho tiempo
Lo más duro es ese momento que tantos cubanos vivimos en silencio y que a Marely también le llegó: “Asumir que me quedaría en Chile, eso fue lo más triste que me tocó decidir. Se me complicaron las cosas y en Cuba querían que regresara sin terminar mi doctorado, pero ya había entregado mi tesis final. Solo me faltaba el examen y no me daban más tiempo. Así que tuve que llamar a mis padres y conversar con ellos que con mucho dolor me recomendaron quedarme. Corté el teléfono y estuve llorando más de una hora sentada en la acera”.
Sin embargo, Marely es de esas personas que asumen cada reto como una oportunidad de aprendizaje. En una entrevista declaró: “La Antártica siempre me ha dejado cosas maravillosas”. Entre ellas, su esposo y sus dos hijos, en los que encuentra apoyo incondicional a su carrera como científica.
“¡Siempre estoy en dos partes! Eso no cambia ni por todo el tiempo que llevo acá, ni por tener mi propia familia en Chile. Suelo quedarme pensando, imaginando lo que están haciendo en Cuba a cierta hora o en situaciones concretas, por ejemplo, el fin de año. Los 31 de diciembre son muy pesados para mí”, confesó.
En el ámbito profesional el vínculo con Cuba quedó roto indefinidamente. Algunos compañeros de trabajo se dieron la vuelta ocupados con sus asuntos y otros terminaron abandonando también el país persiguiendo sus propios sueños.
“Mantengo contacto con muchos de mis colegas en todas partes del mundo y también con algunos en Cuba, pero no se han dado oportunidades de cooperaciones. Es difícil entre otras cosas porque trabajo con plantas antárticas. Eso sí, siempre recuerdo mis buenos profesores en la Facultad de Biología”.
La doctora en Bioquímica Marely Cuba Díaz representa a Chile con respeto y orgullo en todos los eventos científicos en los que participa, pero siempre declara que, en su interior, su identidad, su alma sigue siendo cubana.
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