Un total de 16 militares que organizaron un fallido alzamiento en abril pasado contra el régimen de Nicolás Maduro, logró salir de Caracas tras una operación militar coordinada que contó con el apoyo de oficiales venezolanos de alto rango.
Los militares permanecieron alrededor de 7 meses en la sede diplomática de Panamá en la capital venezolana, donde les habían otorgado refugio. Allí se mantuvieron a salvo, hasta lograr abandonarla de forma voluntaria.
De acuerdo con entrevistas ofrecidas a la agencia AP, los tenientes coroneles Illich Sánchez y Rafael Soto, líderes del conjunto, se negaron a precisar cómo o cuándo salieron de territorio venezolano. Dicha información, al igual que los nombres de los implicados, prefirieron ocultarla por razones de seguridad.
En cambio, solo declararon que el traslado clandestino se ejecutó en pequeños grupos, y estuvo amparado por la cooperación de docenas de soldados y sus superiores.
Sánchez y Soto anteriormente habían logrado ascender entre las tropas hasta llegar a posiciones de jefatura, ganándose a partir de estas demostraciones la confianza de los comandantes, lo que luego les facilitó un control directo sobre otros efectivos.
De 41 años, Sánchez dirigió a unos 500 guardias nacionales a cargo de dependencias públicas en Caracas, incluyendo el palacio presidencial Miraflores y la sede del Tribunal Supremo. Mientras que Soto, de 43, fue asignado durante un tiempo a la policía política SEBIN, donde dirigió un equipo de 150 agentes con órdenes de espiar a opositores.
Con el colapso de la economía venezolana administrada por el chavismo, ambos oficiales comenzaron a tramar un plan para derrocar a Maduro. El 30 de abril, se presentaron con tanques y guardias armados en un puente al este de Caracas, acompañados por el líder opositor Juan Guaidó y el activista Leopoldo López.
Sin embargo, las acciones no se inclinaron a su favor y tuvieron que acudir a la embajada de Panamá. El presidente de ese país, Juan Carlos Varela, les brindó protección entonces. En ese edificio, pasarían los meses cocinando con una pequeña hornilla, practicando ejercicios con pesas artesanales hechas con botellones de agua y leyendo textos religiosos en círculo.
Aquel alzamiento militar, no obstante, dejó entrever ciertas fisuras en el apoyo castrense a la gestión de Maduro, de lo cual se podría especular un declive en el respaldo con que cuenta el mandatario entre sus filas armadas. Varias veces, se ha denunciado un presunto apoyo militar desde el régimen de La Habana a la protección del mandatario venezolano.
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