Un grupo de especialistas cubanos tiene en proceso de consulta un proyecto de ley que refleja derechos y deberes de los ciudadanos para con los animales, una decisión impulsada por fuertes presiones de activistas y la sociedad civil.
Según una nota que publica este lunes la agencia de noticias ACN, el documento en discusión contiene medidas punitivas contra quienes incumplan el cuidado y protección de animales domésticos, acuáticos, de trabajo, para la educación, actividades deportivas y los utilizados en las investigaciones biomédicas, sustentándose sobre la base de criterios técnicos y científicos.
De tal forma, se valoran sanciones en las que los representantes de los organismos no abundaron, aunque adelantaron que las penalizaciones irían desde multas por altos importes hasta la privación de libertad, dependiendo de la gravedad del caso.
Actualmente el proyecto es revisado por parte de la dirección jurídica del Ministerio de la Agricultura, explicó, en conferencia de prensa, María Gloria Vidal Rivalta, presidenta del Comité Nacional de Bienestar Animal de Cuba.
Vidal dijo que se considera que el animal no fuera sometido a malos tratos ni a actos crueles y, de ser necesaria la muerte, esta debía ser instantánea, indolora y sin generar angustia. Dichas consideraciones llegan, justamente, después de varias críticas al procedimiento de recogida de perros por autoridades sanitarias en La Habana, durante las fechas que precedieron la visita de los Reyes de España a la capital cubana.
Todo animal que el hombre ha escogido como compañero tiene derecho a que la duración de su vida sea conforme a su longevidad natural, y se considera el abandono como un acto cruel y degradante, agregó Vidal.
Asimismo, el texto jurídico acuerda la prohibición explícita de peleas o enfrentamientos entre todas las especies existentes, una actividad que consiente hoy en su propiedad el comandante Guillermo García Frías, de quien se conocen sus vallas de gallos. Irónicamente, García Frías dirige la Empresa Nacional de Flora y Fauna.
El proyecto regula la actividad de comercialización de animales vivos, estableciendo el pedido de una licencia para esos fines. También pretende desarrollar un control e identificación de mascotas (mediante aretes, tatuajes o microchips) en favor “de disminuir la pérdida o abandono de animales que luego se convierten en deambulantes por las calles con un impacto negativo en la salud”, de acuerdo con la ACN.
La especialista explicó que las regulaciones se basan en normas y principios de la Organización Mundial de Sanidad Animal, pero “adaptadas a la realidad del país”.
A mediados de noviembre pasado, el Ministerio de la Agricultura de Cuba (MINAG) ya insinuaba la voluntad política de conveniar leyes para el cuidado de animales en la Isla, tras una serie de roces entre instituciones, medios oficialistas y activistas cubanos.
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