El exespía cubano Gerardo Hernández Nordelo no escatima esfuerzos para agradar a su esposa a toda costa, pero esta vez se le fue la mano haciendo alarde con una suculenta paella cuya confección resulta difícil imaginar a sus compatriotas en la isla.
Hernández, cabecilla de la desmantelada Red Avispa, compartió en las redes sociales una fotografía donde acompaña a su esposa Adriana Pérez antes de degustar la sugerente paella, en medio de la crisis que golpea el suministro de alimentos en los mercados nacionales.
“Algo especial pa' ella en su cumpleaños: Paella! Felicidades amor! Y muchas gracias por todo lo vivido”, escribió Hernández en su muro de Facebook, una publicación en la que intenta hacer gala de la veta “humorística” con la que el régimen lo ha caracterizado.
Adriana Pérez cumplió 50 años el pasado 18 de enero. La pareja ha sido objeto de amplios reportajes en la prensa oficial junto a sus tres hijos, la mayor de ellos, Gema, concebida por inseminación artificial mientras Hernández cumplía sus dos condenas de cadena perpetua en las cárceles estadounidenses. Pérez era la agente Bonsai de la red, pero nunca llegó a viajar a Miami para integrarse a las labores de espionaje junto a su esposo.
La imagen recibió cientos de mensajes halagüeños a la pareja, felicitaciones y cerca de 2000 reacciones entre Me gusta y Me encanta. En cambio, todas estas muestras de afecto no señalan en ningún momento lo difícil que es, para la mayoría de los cubanos hoy día, tener acceso a una cena semejante, no importa si planean hacerla en casa o pagarla a un restaurante.
La paella destaca por la diversidad de ingredientes que conlleva su preparación, muchos de los cuales son prohibitivos para la inmensa mayoría de la población cubana.
Hernández Nordelo, graduado de la carrera de Relaciones Internacionales, es uno de los tres espías que Estados Unidos devolvió a Cuba tras un acuerdo entre Raúl Castro y Barack Obama. Actualmente es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y vicerrector del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. Otros dos miembros de la red de espionaje, René González y Fernando González, cumplieron sus condenas y habían retornado previamente a la isla.
La llamada Red Avispa fue establecida en suelo estadounidense por el gobierno cubano desde finales de los años 80 para espiar objetivos militares estadounidenses y organizaciones anticastristas del exilio en Miami. El régimen de la isla reconoció que los cinco espías eran agentes de inteligencia en 2001 después de negarlo durante tres años.
La severidad de la condena a Hernández -dis sentencias de vida en prisión- se debió a su implicación en el derribo de las dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, el 24 de febrero de 1996, por lo cual recibió una felicitación escrita del alto mando de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior.
Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, René González y Fernando González fueron detenidos el 12 de septiembre de 1998 junto a otros siete miembros de la red que asumieron su culpabilidad y colaboraron con la fiscalía estadounidense. Los llamados Cinco Héroes fueron juzgados bajo cargos de conspiración para cometer espionaje y asesinato.
La Red Avispa estuvo penetrada por el FBI desde 1993, gracias a la colaboración encubierta de uno de sus integrantes: Edgerton Levy.
El fallecido dictador Fidel Castro se ocupó personalmente de impulsar múltiples campañas, dentro y fuera de la isla, en favor del regreso de los cinco espías.
El pasado diciembre fue estrenada en La Habana, durante el 41 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, la polémica película Red Avispa (Wasp Network en inglés), cuyo argumento se basa en la historia oficial sobre las labores de estos agentes.
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