Siempre es un placer conversar con la destacada pintora y poetisa cubana Zaida del Rio, esta vez acompañada de su hijo, el también artista de la plástica Cristhian González Téllez del Rio.
Nuevamente nuestro punto de encuentro fue su estudio, ubicado en la tercera planta de un colonial edificio de la calle Oficios, en el corazón del casco histórico de La Habana Vieja.
Teníamos pendiente esta charla desde finales del pasado año pero debo reconocer que yo no paro y siempre he contado con tu paciencia. Jajaja.
La descendiente de españoles, chinos y africanos ríe; su rostro resplandece. Siempre la he visto de buen humor. Y sí, teníamos un diálogo pendiente. ¿Cómo te fue, artísticamente hablando, el 2019?
Artísticamente activo. Comencé donando un mural para la ciudad de Matanzas, que está situado en un boulevard frente al río, una zona de reanimación de esa urbe.
Después, continué con la presentación de mi libro La Resina Ámbar en la biblioteca de Coral Gables en Miami. La editorial fue Entre Líneas. También fue lanzado en otras ciudades estadounidenses. El libro se escribió en Español y sus ilustraciones son mías, por supuesto.
También en Miami montaste una exposición.
Se trató de tres esculturas hechas en bronce con la temática de la mujer pájaro, que en estos momentos se exhiben itinerantemente por toda Cuba, en exposiciones provinciales.
Aquí rememoro algunas de nuestras anteriores entrevistas cuando Zaida me hablaba de su segundo libro de poesías, escrito en 1995, titulado ALTOS DE LA MINA, referido a su estudio y a algunos momentos de su vida hasta ese momento, ilustrado con fotos de ella, desnudos y siempre con cabeza y alas de pájaro.
Esto tiene que ver con que en esa época la del Río ya trabajaba la imagen de la mujer pájaro, que incluyó en innumerables actuaciones, danzando en escenarios de Cuba y Estados Unidos. Y es que a las artes plásticas y la poesía, Zaida añade su amor por la danza.
A propósito, en el mes de septiembre, en New York realicé dos performances: una en el mismísimo Time Square dedicada a Marylin Monroe, Marylin Tropical, y otra en el Central Park, Seres Efímeros.
¿Cómo se desarrollaron esas performances? Te imagino actuando esos papeles. ¿Muchos fans?
¡Muchacha! Yo vestida de Marylin Monroe por toda aquella céntrica esquina neoyorquina… Me divertí muchísimo. Lo actué. En la otra utilizamos una modelo que interpretaba a la bailarina Gabriela Burdsall, quien era pintada por mí.
¿Sabes? Esos escenarios se prestan para todo tipo de actividades culturales. Allí confluyen razas, creencias religiosas, profesiones totalmente diferentes; hay para todos los gustos. Todo resulta atractivo.
¿Qué hiciste por el aniversario 500 de nuestra capital?
En los meses de noviembre y diciembre en la Galería Carmen Montilla, realicé una muestra sobre la arquitectura de La Habana, con obras sobre lienzo: La Catedral, el Morro, el Malecón, la Giraldilla por citarse algunos ejemplos.
También algunas habaneras: Carruajes, abanicos, elementos alegóricos a la ciudad y su historia, hechos de acrílico sobre tela. La exposición, con un total de 20 obras, tuvo una gran acogida, me sentí muy satisfecha
Y ¿qué me dices de este 2020?¿Qué nos trae Zaida del Río esta vez?
Zuchel Camacho sacará a la venta un perfume cuyo diseño es mío, La Bella Cubana, inspirado en la flor del bien vestido, una flor que anima los campos cubanos.
El rostro de la original mujer se ilumina. Parece que su humilde infancia cobra vida en ella: El bohío de piso de tierra, sin luz eléctrica, sólo bates y pelotas como juguetes, allá en su natal finca Guadalupe, cerca de Zulueta en Villa Clara.
A la vuelta de la esquina, el venidero cinco de marzo se presentará el libro El Aliento de la Yerba, libro que recoge algunas de mis poesías mientras entre abril y mayo realizaré una exposición en el centro de Luz y Caballero en el Casco Histórico de La Habana Vieja.
¿Qué temática abarca la exposición?
Versa sobre temas variados; no es una retrospectiva pero sí reúne momentos de mi vida. Para mí resulta emblemática ya que siempre estoy trabajando y hay obras que nunca se ven, que se me escapan. Esta vez serán expuestas. Es como un redescubrimiento.
Nombre de la muestra.
Pasos y Evocaciones, realizada con distintos tipos de lienzos y obras en papel. Esto en lo que se corresponde al primer semestre de este año.
Sí, porque seguramente la actividad seguirá caracterizando a esta artista que ahora, además de su amor por la pintura, danza y poesía tiene un nuevo caudal de inspiración en su primera nieta, Valerie Zaida, que nacida hace casi un año es una belleza que tiene los ojos claros de su padre, y que va a ser, al decir de su abuela…¡lo que ella quiera ser!
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