El padre sirio que enseñó a su hija de tres años a reírse cada vez que escuchaban caer una bomba para evitarle un trauma, logró cruzar la frontera con su esposa y su niña hacia Turquía, donde los tres han podido asentarse.
Abdalla Mohamed, de 32 años, grabó días atrás un vídeo en el que se le veía disfrutar con su pequeña Salwa cada vez que se oía el sonido de una bomba, que para ella solo significaban fuegos artificiales lanzados por niños.
En aquel momento la familia se encontraba en Sarmada, a varios kilómetros de la frontera turca, tras haber huido de la guerra en su ciudad, Saraqib, situada en la provincia de Idlib.
“Las autoridades turcas se pusieron en contacto conmigo y nos han llevado a Turquía”, reveló el hombre a la agencia de noticias oficial turca Anadolu, que los acompañó en su recorrido.
Abdalla y su familia están ahora en la localidad de Reyhanli, a varios kilómetros de la frontera, donde han contactado con otros familiares que ya residían allí. Las autoridades les otorgaron una tarjeta de refugiados que les permite estar de forma legal.
“Estoy feliz, estamos lejos de la guerra, no hay explosiones, no hay aviones, no hay muerte. Es un sitio nuevo, no tengo trabajo, pero estoy feliz”, dijo al diario español El País.
El video del padre y su hija, difundido en las redes sociales por un amigo turco de Abdalla, acumula ya 2,7 millones de visualizaciones. Muchos lo compararon con el argumento de la película italiana La vida es bella, que se desarrollaba en un campo de concentración de la Italia nazi. Solo que esta historia ha tenido un final feliz.
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