Un cubano mostró esta semana en redes sociales imágenes del picadillo de soya que se vende en la isla por medio de la libreta de abastecimiento.
El producto, con una apariencia nada atractiva, fue exhibido por el usuario Yanier Joubert Cisneros, quien se identifica en Facebook como periodista independiente y residente en la provincia de Guantánamo.
“Después de que yo preguntara donde está la carne de res, lo que llegó hoy a la carnicería ubicada en Pedro A. Pérez y el 4 Norte y la que irónicamente lleva por nombre El novillo, fue picadillo de soya”, señaló.
“A mi anterior pregunta ahora se sumó otra, ¿con esto es que ustedes suponen que tenemos que alimentar a nuestros hijos? esto ni tiene carne, ni es para seres humanos, la alimentación es un derecho y lo están violando también”, añade.
“¡¡¡Randy continuamos esperando sus justificaciones!!!”, exclamó dirigiéndose al vocero del oficialismo Randy Alonso, director del programa “informativo” de la televisión cubana Mesa Redonda y del sitio Cubadebate.
A la publicación de Cisneros le siguieron, como era de suponer, varios comentarios.
“Me acuerdo que mi abuela lo preparaba como si fueran albóndigas o torticas con huevo y pan rallado y las freía... pero al final no había quien se lo metiera eso, ni pa’ los perros!”, recordó uno de los internautas.
“Eso no es para que se lo dieran a los humanos. Eso es comida de perros, y estos hp comunistas guardando billete a costilla del pueblo sumiso”, señaló otro.
“Dios mío eso me dio ganas de vomitar, que horror madre mía a ver si ellos comen eso, hijos de p*** a ver si le dan eso a los turistas, qué cínicos, eso ni para los perros aquí existe... aquí un perro se alimenta mejor que un cubano hoy día. Qué falta de respeto”, expresó una tercera usuaria desde Estados Unidos, subrayando la posición privilegiada de los gobernantes del país respecto de sus habitantes comunes.
En una ocasión anterior, Yanier Joubert Cisneros pidió explicaciones en su cuenta de Facebook sobre los huesos que estaban vendiendo a los residentes en su localidad, prácticamente sin una pizca de carne que, a lo sumo, rendirían para un lúgubre caldo.
Esta no es la primera vez que se cuestiona la pésima calidad del picadillo de soya que consumen los cubanos bastante a menudo. En octubre de 2019, otra persona en Facebook denunciaba que sus padres en el municipio de Bauta, provincia de Artemisa, habían adquirido este producto en un estado lamentable.
La libreta de abastecimiento, vigente desde el 12 de julio de 1963, regula la distribución de alimentos subsidiados a los núcleos familiares del país a menor precio que en los mercados estatales regulares.
Sin embargo, las cuotas no suelen cubrir la demanda de un mes entero, lo cual obliga a los cubanos a suplir este déficit en las tiendas que venden en pesos convertibles CUC, donde es común que escaseen los productos necesarios. Sin dudas, otro problema con el que deben lidiar los habitantes de Cuba diariamente.
Con todo, a comienzos de año una periodista del oficialismo aseguró que la libreta de abastecimiento era “muy querida por la mayoría de los cubanos”.
En diciembre de 2019, la Asamblea Nacional aprobó una propuesta para retirarles los víveres de la canasta básica a los ciudadanos cubanos que viajen al exterior y se ausenten del país por un tiempo prolongado.
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