El vicegobernador de Texas sugirió en un programa televisivo que ante la crisis del coronavirus, los abuelos como él deberían estar dispuestos a morir para no sacrificar la economía de Estados Unidos.
El teniente republicano gobernador Dan Patrick, de 69 años, en una entrevista en el Tucker Carlson Tonight, de Fox News, aseguró que la población de ancianos es capaz de protegerse a sí mismos del COVID-19.
“Nadie se acercó a mí y me dijo: ‘como ciudadano de la tercera edad, ¿estás dispuesto a arriesgar tu supervivencia a cambio de mantener la América que todo Estados Unidos ama por tus hijos y nietos?’. Y si ese es el intercambio, estoy de acuerdo”, afirmó este lunes.
“Y eso no me hace noble o valiente ni nada de eso. Creo que hay muchos abuelos en este país como yo... que lo que nos importa y amamos más que nada son esos niños. No podemos perder el país. Estamos asistiendo a un colapso económico”, añadió.
El político reveló que había hablado con más de cien personas por teléfono y que recalcó que existe un consenso de que no quieren “perder todo nuestro país” por la grave situación de salud pública a la que está abocada el país, que podría desencadenar en un colapso económico.
“Mi mensaje es: volvamos al trabajo, volvamos a vivir, seamos listos con todo esto y los mayores de 70 ya cuidaremos de nosotros mismos. No sacrifiquéis el país, no sacrifiquéis el gran sueño americano”, subrayó.
Según datos del Departamento de Servicios de Salud del Estado de Texas (DSHS), el estado tiene actualmente 715 casos confirmados de coronavirus, con un total de 11 fallecidos.
De los 254 condados del territorio, 65 presentan personas contagiadas. El más afectado es Dallas, con 131.
El pasado 19 de marzo, John Hellerstedt, comisionado del DSHS, declaró un desastre de salud pública en Texas, alegando que el virud COVID-19 “ha creado una amenaza inmediata, representa un alto riesgo de muerte para un gran número de personas, y crea un riesgo sustancial de exposición pública debido al método de transmisión de la enfermedad y la evidencia de que existe una propagación comunitaria en Texas”.
Este miércoles el gobierno de Donald Trump y el Senado llegaron a un trascendental acuerdo para destinar 2 billones de dólares a la reanimación económica del país, que ya comienza a sufrir los efectos de la pandemia.
El presidente Trump afirmó que su administración trabaja actualmente en un plan para reabrir la economía y retornar a la normalidad en una fecha próxima, sin afectar la seguridad de la población por la amenaza del coronavirus.
“Estamos trabajando en un plan con las autoridades de salud pública y los economistas en el diseño de un sofisticado plan para reabrir la economía tan pronto como sea el momento adecuado”, dijo Trump una conferencia de prensa en la Casa Blanca este martes.
“Lo estamos haciendo basándonos en la ciencia, la planificación rigurosa y la mejor investigación médica que existe sobre la Tierra”, recalcó.
Desde el lunes Trump ha insistido en que la nación necesita reanimar sus actividades laborales y financieras para evitar un colapso económico de impacto devastador. La epidemia ha impactado indirectamente en una población golpeada por la parálisis laboral.
El país cumple su segunda semana de aislamiento recomendado por el gobierno federal, que se extenderá hasta el 30 de marzo. El criterio de Trump es reactivar el trabajo y los negocios para las celebraciones de la Pascua estival (Eastern), fijadas para el domingo 12 de abril.
Pero el marcado entusiasmo del mandatario coincidió con noticias poco alentadoras sobre la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el martes que Estados Unidos podría convertirse en breve en epicentro del coronavirus, considerando el crecimiento en espiral de sus casos de contagio.
El país es actualmente el tercero más afectado por la epidemia, después de China e Italia. La cifra de contagiados superó ya las 50.000 personas, con más de 600 muertos. De acuerdo con la OMS, en las últimas 24 horas el 85 por ciento de los nuevos casos se registraron en Europa y Estados Unidos.
A la vez, profesionales médicos y gobernadores estatales han reclamado más restricciones sociales en momentos en que se expande el virus, particularmente de manera incontrolable en Nueva York.
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