Sin productos básicos como alimentos, aseo personal y medicinas, los habitantes de los poblados rurales de Cuba dicen sentirse desprotegidos en medio de la epidemia del coronavirus.
En declaraciones a Radio Martí, varios campesinos de la isla describen la terrible situación que enfrentan, en los campos cubanos olvidados, sin suministros de ningún tipo, en medio del brote de la enfermedad que ya afecta a 170 personas en el país.
La escasez de productos en los mercados ya venía agravándose desde enero, pero se agudizó luego del paquete de medidas contra el COVID-19 anunciadas el pasado lunes por las autoridades cubanas.
De acuerdo con la fuente, la crisis se extiende por todas las zonas rurales del país, desde La Coloma, en Pinar del Río, donde no han distribuido las galletas, el aceite, ni el pollo que prometieron los funcionarios de Comercio y Gastronomía; hasta Caimanera, en Guantánamo, donde la campesina Caridad Herrera está en cuarentena con sus hijos sin alimentos ni medicinas, especialmente antibióticos.
El periodista independiente Dagoberto Martínez Martínez dijo del primer poblado mencionado: "Aquí el abastecimiento ha sido nulo, los comercios están vacíos".
En Jovellanos, Matanzas, un residente del poblado Carlos Rojas, Armando Abascal, dijo a Radio Martí que están peor que cuando el Periodo Especial: "No han vendido una gota de cloro en las casillas, no han vendido y nada, no hay una aspirina"; y el mismo medio constató que en el poblado Los Cristales, Jatibonico, en la provincia de Ciego de Ávila, la situación no es diferente.
Allí vendieron, para un núcleo de cinco personas (dos adultos y tres menores), cinco croquetas, cinco hamburguesas y una libra de mortadella, "de pésima calidad", dijo Vladimir Ríos Cruz, quien se quejó de que la situación es crítica y de que la gestión del gobierno en la comunidad no existe.
Más al oriente, en el municipio Majibacoa, Las Tunas, los bateyes cañeros sobreviven aislados, sin comida ni productos de higiene.
Edgar Pérez, uno de sus residentes, dijo a la emisora: "No tenemos ningún tipo de abastecimiento, empezando por el aseo hasta la leche de los niños que está faltando".
Hacia el extremo oriental cubano, los habitantes del territorio montañoso de Baracoa, dicen que cuentan con un solo hospital y dos policlínicos para una población de cincuenta mil habitantes en una de las zonas de más difícil acceso del país.
Desde ese punto de la geografía cubana, el campesino Emilio Almaguer afirmó: "Tenemos las despensas vacías, falta de aceite, de productos de aseo personal, de vitaminas, antibióticos y anticatarrales".
El pasado viernes, el ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández reconoció en el espacio televisivo Mesa Redonda, el viernes, que el país enfrenta un déficit en las producciones de arroz, plátano; frijol, maíz, huevos y carne de cerdo.
Las autoridades cubanas también han reconocido la escasez de medicamentos y productos de aseo, y han racionado la venta de los mismos, para evitar las colas y aglomeraciones que puedan favorecer el contagio del coronavirus.
Sin embargo, ante la escasez, los habitantes de la isla en Güines, Playa Baracoa, La Habana, Las Tunas y casi todas las zonas del país, se someten a largas filas bajo el sol para adquirir alimentos o productos de primera necesidad, a pesar del control policial que intenta evitar aglomeraciones.
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