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Una firma privada que produce termómetros en Estados Unidos ha dado la señal de alarma esta vez. Pero una alarma de esperanza: el aislamiento social y las medidas restrictivas adoptadas en el país podrían estar, en efecto, dando sus primeros frutos.
Kinsa Health, fabricante de termómetros inteligentes conectados por internet, creó el pasado 22 de marzo una web que documenta los niveles de temperatura de estadounidenses (contagiados por coronavirus de manera específica) que usan sus dispositivos. Durante estos casi diez días, las cifras arrojan una luz al final del túnel: la fiebre, uno de los síntomas del coronavirus, ha decrecido considerablemente en las áreas donde se ha implementado una cuarentena más estricta.
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Hasta el momento 248 millones de estadounidenses habían recibido orientaciones en 29 estados del país de permanecer en sus hogares. Pero no había manera de medir el efecto de la estrategia.
Los termómetros de Kinsa actualizan la temperatura corporal de los pacientes a una base de datos nacional que está siendo monitoreada por médicos y expertos del Departamento de Salud de Estados Unidos. Según estos, las mediciones de fiebre han ido en tendencia decreciente mientras las restricciones a espacios públicos y el asolamiento social han ido in crescendo.
El millón y medio de termómetros de Kinsa han efectuado 162 mil mediciones de temperatura diarias en todo el país desde el brote del coronavirus.
Según informó la compañía, el software que usan sus termómetros ha sido actualizado para diferenciar fiebres de gripe normal o resfriados comunes, de fiebre "atípicas" por el coronavirus.
El mapa de fiebres de América muestras tendencia clara de estabilidad y disminución, salvo en Nuevo México (dónde el gobernador del estado solo emitió orden de quedarse en las casas a finales de la semana pasada) y algunas áreas de New Orleans, donde focos festivos del carnaval Mardi Grass favorecieron el contacto social la semana anterior.
Utah, California, Washington, Arizona y varios estados de la costa oeste del país comenzaron a reportar caídas en niveles de fiebre desde el viernes. En algunas áreas de restricciones severas al contacto social, las mediciones de fiebre han arrojado disminuciones de hasta un 20%.
"Es impresionante", confesó al New York Times el Dr. William Schaffner, experto en medicina preventiva de la Universidad de Vanderbilt. "Parece un método excelente para probar la eficacia del confinamiento social", agregó, aunque con la precisión de que para marcar verdaderas diferencias en la lucha contra la expansión del coronavirus debían implementarse medidas rigurosas de distanciamiento social.
La base de datos de Kinsa evidenció que solamente con decretar emergencia en algunos estados o prohibir congregaciones considerables, la estadística de fiebre no decreció. Solo empezó a pasar con el cierre de bares, restaurantes y órdenes de permanecer en casa.
Expertos de la firma Kinsa Health han recordado que los pacientes que ingresan a hospitales con síntomas del virus, suelen presentar fiebres durante al menos tres días antes de su ingreso, razón por la cual la reducción en las mediciones de fiebre redundan en menos hospitalizaciones.
"Son de los primeros síntomas emocionantes que tenemos", apuntó Kim Laverbad, miembro del equipo de virología del Departamento de Salud que monitorea la base de datos de Kinsa Health.
El presidente Donald Trump defendió este lunes la estrategia para mantener en aislamiento voluntario a la población de Estados Unidos por el coronavirus, y alertó que se avecinan momentos cruciales para el país en los próximos 30 días.
“Se avecinan tiempos difíciles en los próximos 30 días", dijo Trump durante la sesión informativa en la Casa Blanca. “Estos son 30 días cruciales, estamos poniendo todo en juego en estos 30 días, y son importantes porque tenemos que volver a la normalidad".
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