Un estudiante cubano de teatro musical, que sobrevivió al coronavirus en Londres, envió un emotivo mensaje de aliento a todos los migrantes de la isla que en cualquier lugar del mundo atraviesan por esta enfermedad lejos de sus familiares y seres queridos.
En declaraciones a CiberCuba, Ibsen Henry Márquez contó que hace un mes comenzó con fiebre de más de 40 grados y perdió el sentido del gusto y del olfato.
"Se suponía que hoy yo no estuviera vivo, pero la gente tiene que saber que no todo el mundo se muere y que hay batallas que uno tiene que pelear solo", afirmó.
Según su testimonio, se encontraba en su departamento del Distrito 2 (centro) de Londres, y ante la fiebre altísima que lo aquejaba decidió presentarse en el hospital más cercano -el St. Mary's Hospital-, pero allí le dijeron que en la ciudad no había reactivos para hacer los exámenes de coronavirus.
"Vaya a su casa, aíslese, y si se pone muy mal llame al 111", le explicaron, por lo que el joven actor tuvo que regresar a su departamento y pasar la enfermedad sin más compañía que la de su perro Otelo.
Las fiebres eran muy fuertes y los ataques de asma cada vez más frecuentes. Solo recordaba los remedios caseros que me hacían mi mamá y mi abuela cuando era niño y vivíamos en Vía Blanca y Lacret, en Santos Suárez, detalló a nuestra publicación.
Cuenta Henry que, cuando la fiebre subía, se daba una ducha fría y tomaba té de limón bien caliente, porque había leído que el virus se aloja en la garganta, sin embargo, las cosas empeoraron y tuvo que llamar al número de urgencias.
"Esa noche pensé que era la última, soy asmático y a eso de las 3:00 a.m. se me cerró la garganta y sentía los pulmones apretados como si tuviese cristales o algo dentro, sentía también que se me salía energía por las manos y los pies y la corona de la cabeza totalmente erizada, se que algunos saben de qué hablo. Se me estaba yendo la vida", relató.
Intenté llamar al 111, que es el número habilitado para los casos de coronavirus, pero estuve en espera más de 30 minutos. Entonces traté de levantarme de la cama pero caí al piso y lo primero que pensé fue: "Dios mío consuela a mi familia si tengo que irme contigo hoy, pero inmediatamente dije: no, hoy no, este no es mi momento de irme. Mi perro lloraba a mi lado", comentó.
A juicio de Márquez, se refugió en su fe porque "Dios siempre me responde cuando lo necesito, y porque entiendo que hay decisiones que uno toma en la vida y debe ser consecuente", afirmó, en referencia a la insistencia de sus familiares para que regresara a Cuba.
"Yo no tenía fuerzas para hablar pero entendí que estar aquí era mi decisión y no tenía derecho a regresar a Cuba a contagiar a los míos, tengo una abuela de 84 años, no podía ponerla en riesgo", explicó.
"Hay batallas que uno tiene que pelear solo, hay decisiones que tomas en un segundo y te cambian tu destino para toda la vida", afirmó.
Al respecto, dijo que había decidido publicar un post en Facebook contando su experiencia porque la gente tiene que saber que no todo el mundo se muere.
Asimismo, consideró que esta pandemia debe ser un motor para lo próximo en la vida de la humanidad. "La gente se concentra en lo que está pasando, pero si no te centras en que la circunstancia te cambie nunca vas a aprender".
Pienso, dijo Márquez, que la gente no está preparada para el coronavirus, la indisciplina social es abismal, por eso pido a los cubanos que mantengan las medidas de precaución para que no aumente la cifra de contagios. En Cuba no hay condiciones para enfrentar una pandemia de esta magnitud, aseguró.
Explicó que las medidas son deficientes en Londres. No hay atención para el pueblo y las pruebas se reservan solo para la realeza.
A pesar de ello, las personas tampoco respetan el distanciamiento social y ahí puedes verlos haciendo picnic en el parque y tomando cerveza, comentó Henry, quien debía comenzar en abril una maestría en teatro musical en la sede de Los Ángeles de la New York film Academy, institución estadounidense que tuvo que cambiar las fechas de ingreso por la pandemia del coronavirus.
En Reino Unido hay al menos 74 605 casos de COVID-19 confirmados y un total de 8 974 muertes. Uno de los contagiados fue el primer ministro británico, Boris Johnson, quien abandonó el hospital este domingo para terminar la recuperación en su casa.
El caso de Henry es el de muchos cubanos emigrados, algunos de los cuales no han tenido la misma suerte.
Hace unas semanas se supo del caso de un deportista de la isla radicado en Ecuador que falleció en el país latinoamericano sin asistencia médica y cuyo cuerpo estuvo más de 8 días esperando ser recogido por las autoridades.
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