La parodia de un dibujo animado de Elpidio Valdés acerca de la escasez de alimentos y productos de aseo que sufren los cubanos en plena pandemia de coronavirus, se ha vuelto viral en las redes sociales.
Alguien con mucho ingenio y sentido del humor tomó un fragmento de algo más de un minuto del corto titulado “Elpidio Valdés ¡Capturado!”, de 1988, para arremeter contra las colas que durante horas tiene que hacer la población en la isla, para poder comprar un pedazo de pollo, un pomo de aceite o un frasco de detergente líquido.
Pero aquí los protagonistas no son los mambises, sino Cortico y Media Cara, dos personajes que representaban a los cubanos que habían traicionado a sus compatriotas, poniéndose al servicio del ejército español.
Todo ocurre cuando a Media Cara, capitán de la contraguerrilla y uno de los antológicos enemigos de Elpidio, le avisa uno de sus hombres, el borracho Cortico, de que habían “llegado” el pollo y el detergente a Boyeros y Camagüey, (donde existe realmente un centro comercial en La Habana, que fue reinaugurado por el gobierno en septiembre del año pasado).
Particularmente ingeniosas resultan las alusiones de Cortico a la crisis sanitaria que ha originado la pandemia del coronavirus, cuando les recuerda a otros personajes que si van a la cola se echen hipoclorito en las manos y se pongan nasobuco.
El actor y humorista cubano Luis Silva, muy popular en la isla por su personaje de Pánfilo en la serie de televisión Vivir del cuento, posteó el video en su muro de Facebook.
“No sé quién lo hizo, pero quedó espectacular. Me lo mandaron, y aquí se los dejo”, escribió.
Juan Padrón, el creador de Elpidio Valdés, recientemente fallecido en La Habana, seguramente se hubiera divertido con esta parodia de su “hijo” más famoso.
De nuevo el humor del cubano viene a aliviarlo del agobio diario. Este video, que se ha reproducido miles de veces en Internet, refleja la dura realidad de la gente en Cuba, donde todos tienen que someterse a la voluntad de un enemigo superior, el único que regula la vida de unos y otros desde hace más de seis décadas.
La llegada del coronavirus no ha hecho más que agravar la inquietud del pueblo. La escasez de alimentos y artículos de aseo de primera necesidad están presentes hace meses, pero la enfermedad ha añadido una nueva preocupación.
Las colas comienzan a hacerse respetando la distancia establecida, pero tras varias horas y el temor de que el producto se acabe o algún “listo” se cuele, se forma de nuevo el tumulto. Hay que escoger entre comer o protegerse.
Las aglomeraciones frente a tiendas y mercados continúan, y a menudo las personas piden el último sin saber siquiera qué se está vendiendo. Y mientras, continúan aumentando el número de los casos positivos y de fallecidos por coronavirus.
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