El mercado laboral de Estados Unidos siguió desplomándose a causa del coronavirus la semana pasada cuando casi tres millones de personas, entre ellos muchos ejecutivos, quedaron en las filas de nuevos desempleados.
Las estadísticas son fácilmente comprobables a través de las solicitudes de la ayuda estatal por desempleo, que en la semana que finalizó el pasado 9 de mayo ascendieron a 2 millones 981 mil en cifras ajustadas estacionalmente, informó el Departamento del Trabajo.
El desempleo en el país roza con estos nuevos números los 37 millones de personas sin trabajo, pues solo en abril la mayor economía del mundo perdió 20,5 millones de puestos, el mayor derrumbe en las nóminas desde la Gran Depresión (1929-1933).
Esa dependencia del Gobierno alertó, sin embargo, que las cifras son inexactas, porque excluyen de su recuento de desempleados a las personas que no están buscando trabajo de forma activa y los clasifica como fuera de la fuerza laboral.
Desde marzo las empresas tuvieron que paralizar sus funciones y acogerse a las órdenes de confinamiento decretadas por el gobierno para frenar la propagación del COVID-19.
Aunque las cifras han estado descendiendo gradualmente —la semana anterior a la analizada hubo 3 millones 176 mil de pedidos de la ayuda gubernamental— el volumen continúa alto y significa que la pérdida de puestos de trabajo en el país más afectado por la pandemia es persistente.
La semana más crítica fue la que terminó el 28 de marzo, cuando se alcanzó un récord de 6 millones 867 solicitudes del subsidio por desempleo, la semana al 28 de marzo.
Frente a este escenario, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió sobre un "periodo extendido" de debilidad económica e ingresos estancados por la pandemia del coronavirus.
La producción también ha caído a niveles inferiores a los de hace una década, confirmando el pronóstico de algunos economistas estadounidenses, quienes alertaron a inicios de abril que la actividad económica se contraería al ritmo más veloz desde la Gran Recesión de 2007-2009.
Florida
En Florida -el estado del país que más empleos perdió por el coronavirus la semana concluida el pasado 2 de mayo- las cifras también fueron altas en este nuevo recuento del Departamento del Trabajo.
La semana pasada al menos 221.905 residentes del estado solicitaron la ayuda por desempleo, lo cual indica que las pérdidas de puestos de trabajo continuó creciendo a pesar de la reapertura de algunos restaurantes y tiendas minoristas.
Más de un millón de personas quedaron sin trabajo en el llamado Estado del Sol, que paulatinamente podrían recuperar sus empleos, a medida que las empresas, muchas de ellas vinculados al Turismo y al sector de los Servicios reanuden las actividades tras la crisis sanitaria.
Dos ciudades de Florida —Hialeah y Miami— se encuentran entre las más afectadas del país por el desempleo.
La lista de ciudades más impactadas por la pérdida de empleos está encabezada por Seattle (Washington), seguida por Hialeah (Florida), North Las Vegas (Nevada), Miami (Florida) y Henderson (Nevada).
A fin de comenzar la recuperación económica, el lunes abrieron barberías y peluquerías bajo estrictas reglas sanitarias para evitar un nuevo brote, aunque de momento los condados que continúan mostrando los peores registros de contagios por coronavirus mantienen la orden de quedarse en casa.
Tampoco se reabrirán en las ciudades afectadas los negocios ni las empresas, al menos hasta el próximo 18 de mayo, anunció el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
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