Vídeos relacionados:
José Daniel Ferrer García (Palma Soriano, 1970) está dispuesto a negociar -"en serio" -con el gobierno una transición pacífica a la democracia, que promueva libertad, justicia y prosperidad en Cuba, de donde nunca se irá, asumiendo el riesgo de una muerte anunciada.
El tono reflexivo de su madurez personal y política, aflora en su voz radiofónica, salpicada de fraternidad y buena educación; sin rehuir las urgencias de la coyuntura cubana ni la imagen de violento que pretender colgarle el iracundo totalitarismo castrista, al que avisa de la necesidad de tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe.
Lo más leído hoy:
Admite que luchar contra la dictadura es complicado, pero cree que -de momento- UNPACU y la Contrainteligencia están empatados. Nos ha dado grandes golpes, reconoce; pero le hemos desbaratado muchos planes y seguimos formando a gente sencilla que quiere comprometerse con la causa de la democracia para Cuba, donde treinta activistas de UNPACU están en las cárceles.
Agradece a todos y cada uno de los actores internacionales y compañeros de la oposición su apoyo durante su estancia en la cárcel, aclarando que sigue preso en casa; más por el coronavirus que por las normas de la dictadura, advierte.
Vive preocupado por la crisis económica y sus efectos sobre la empobrecida población cubana, con la que sueña compartir un país con todos y para el bien de todos; incluido un partido comunista que asuma las normas de la democracia.
Durante su adolescencia y primera juventud sus héroes fueron su padre Daniel, valeroso luchador antibatistiano; el cine norteamericano de acción e Ivanhoe; pero ahora relee a José Martí, Vaclav Havel y a Mahatma Gandhi, ese héroe de la no violencia que entró en la historia combatiendo al colonialismo británico con la misma capacidad de desobediencia que Bartleby, el escribiente: Preferiría no hacerlo.
¿Qué valoración hace usted del impacto del coronavirus en Cuba?
El coronavirus ha venido, por un lado, a agravar la ya profunda crisis que vive nuestra nación, y por otro, está siendo usado por el régimen para aumentar y a la vez encubrir la represión contra opositores pacíficos, periodistas independientes y pueblo en general.
Hemos visto el acoso y las multas crecientes a ciudadanos, sobre todo jóvenes que no se consideran disidentes, por el solo hecho de publicar en las redes sociales opiniones, fotos y vídeos sobre la realidad nacional.
Aunque según los datos que da el régimen, el coronavirus está bajo control, la realidad es que tendremos que convivir con él y que debido a la miseria generalizada y a la creciente insalubridad, corremos el riesgo de rebrotes que pudieran ser muy agresivos.
Y sus lectores deben saber que, además de coronavirus, los cubanos sufrimos dengue casi todo el año, Zika, Chinkunguya, Gripe A, Cólera y que padecemos de una mala alimentación crónica porque el estado comunista vende en dólares norteamericanos o su equivalente en pesos cubanos alimentos y artículos de aseo; mientras sueldos y pensiones siguen siendo muy bajos y en pesos cubanos.
La crisis económica es anterior al coronavirus y, el propio gobierno cubano reconoce que se prolongará después del paso de la epidemia; ¿cuáles son los elementos principales de la parálisis, cómo está afectando a los cubanos y qué alternativas propone UNPACU para salir del atolladero?
Sin dudas la crisis es anterior a la llegada de la Covid-19. Antes del coronavirus veíamos, y sentíamos ya, como se incrementaba la escasez de productos básicos y como se afectaban la mayoría de los siempre deficientes servicios al alcance de los cubanos.
La crisis se agrava de día en día y se prolongará luego de la pandemia. Si el régimen no toma urgentes y efectivas medidas, enfrentaremos escenarios mucho más complejos. Nos amenaza una crisis de consecuencias catastróficas.
La parálisis económica que vive Cuba se debe, sobre todo, a las décadas de economía centralizada y a la falta de voluntad de emprender las profundas reformas que demanda la nación. Las medidas económicas puestas en práctica hasta el momento, han sido muy limitadas. Simples aspirinas para una grave enfermedad.
Sin dudas el embargo estadounidense también afecta la economía cubana, pero esto también es responsabilidad del régimen castrista. El embargo fue la respuesta a las expropiaciones forzosas sin indemnización de empresas norteamericanas, que no eran tantas, como pretende hacer creer el régimen.
Además, si el gobierno cubano no cometiera graves y constantes violaciones a los derechos humanos, si no apoyaran a otros regímenes criminales, como es el caso del imperante en Venezuela, y si hubiesen demostrado, con hechos, buenas intenciones cuando Barack Obama los favoreció con su política de acercamiento, ya no existiría el embargo; ambas naciones estarían negociando su fin de manera civilizada.
Estados Unidos está a 180 kilómetros de nuestras costas, allí viven casi dos millones de compatriotas solidarios con su familia y amigos en la isla.
¿Cómo pueden las autoridades denunciar el embargo en foros internacionales; cuando en medio de la crisis aguda, dolariza la economía y llena tiendas de electrodomésticos importados para vender a los cubanos en dólares de su enemigo?
La UNPACU recientemente actualizó nuestra Propuesta a la nación. Incluimos medidas urgentes que deben aplicarse para evitar males aún mayores.
En lo económico planteamos que debe liberalizarse de inmediato la agricultura y otros sectores para que tengamos suficientes alimentos a precios justos para todos. La agricultura y la economía en general, deben ser liberadas de las cadenas y trabas que aún le imponen las fuerzas más retrógradas dentro de la dirección del partido comunista.
Y también exigimos la apertura de canales humanitarios para que llegue la mayor cantidad posible de alimentos y medicinas a los cubanos y el cese de la represión y hostilidad comunistas contra los demócratas cubanos.
Abogados cubanos aseguran que su excarcelación y reclusión domiciliaria obedece a una táctica del gobierno cubano que consiste en diferenciar casos mediáticos, con consecuencias en las relaciones internacionales del régimen; pero la represión ha sido dura en marzo y abril y continúa aún. ¿Comparte usted esa visión?
Si, comparto esa conclusión. En mi caso, la solidaridad y las presiones fueron grandes, incluso he sabido de presiones que se ejercieron sin publicidad. Pero así y todo el régimen decidió alargar mi confinamiento en condiciones extremas durante seis meses.
La UNPACU agradece y valora el papel desempeñado por Europa, Estados Unidos, países democráticos, y a personalidades que junto a sus compañeros de lucha, de UNPACU, Cuban Prisioners Defenders, Cuba Decide, la Fundación Nacional Cubano Americana y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) su papel activo y discreto en la causa de mi excarcelación, que no liberación. Sigo siendo un preso político.
Pretendían obligarme a abandonar el país, o la lucha. En último caso contemplaron el plan de obligar a los mejores coordinadores de la organización a dejar Cuba o renunciar a su activismo y que al frente de UNPACU quedara alguien bajo chantaje de la policía política, con quien destruir el arduo y sacrificado trabajo de más de ocho años. Casi lo consiguen.
La represión se incrementa de día en día. Tenemos nuevos presos políticos y cuatro casos más que esperan juicios. Una decena de activistas han sido multados en las últimas semanas. La mayoría por el Decreto 370 por publicar en las redes sociales.
¿Cómo es su vida de preso en su propia casa?
Mi vida de preso en mi propia casa es muy similar a mi vida, fuera y dentro de prisión, durante los últimos 23 años: De 18 a 20 horas al día de lucha y trabajos a favor de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos.
No acato ninguna imposición del régimen, ignoro las decisiones políticas de sus tribunales. Los cambios en mi diario vivir lo ha impuesto el nuevo coronavirus, no el régimen.
A la dictadura siempre le he dejado claro que la prisión, y hasta la muerte, no me preocupan. La libertad es algo sagrado. Sin libertad la vida no tiene sentido.
Cuando no se tiene libertad el primer deber de un hombre honrado, es luchar por la libertad. Por la libertad personal y de todo un pueblo, bien vale la pena todo sacrificio.
¿Estarían dispuesto usted y UNPACU a participar en un diálogo con las autoridades cubanas con una "agenda Cuba" sobre la mesa; y cuáles serían sus propuestas y aportes?
Si estaríamos de acuerdo en participar en una Mesa de Diálogo Nacional, siempre que se trate de un diálogo serio y respetuoso y no una maniobra de las tantas que idean las tiranías para ganar tiempo cuando se sienten acorraladas por el creciente descontento popular y las presiones externas. Estamos de acuerdo con un diálogo cuyo fin sea la transición pacífica hacia la democracia.
Nuestras propuestas serían varias, todas encaminadas a poner fin a la dictadura y abrir Cuba a un verdadero sistema democrático: Liberación inmediata de todos los presos políticos y fin de la represión y de toda discriminación; total respeto a la libertad de expresión, prensa, reunión y asociación pacífica; fijar fecha, la más cercana posible, para una Asamblea Constituyente integrada por delegados elegidos libremente por el pueblo.
También fijar plazo para elecciones libres y plurales luego de darnos una nueva constitución. Presentaríamos, además, un plan de inmediatas reformas económicas acompañadas de derechos que hoy no tienen nuestros trabajadores.
Oponerse al totalitarismo nunca es fácil, ¿cuál es la situación actual de UNPACU, cuáles son sus prioridades políticas y cuáles sus metas a medio y largo plazo?
Nadie lo duda, oponerse a un régimen totalitario de corte estalinista, aún cuando se ha venido erosionando, resulta más complejo que enfrentar a la vez los 12 famosos trabajos de Hércules, el personaje mitológico griego.
Los regímenes totalitarios lo controlan todo, desde el nacimiento del ser humano hasta la tumba. Inoculan en la persona desde temprana edad la indefensión, el miedo, la parálisis.
Nuestra situación actual es muy difícil, el acoso y la represión contra nuestros coordinadores y activistas continúa y aumenta de día en día. Hemos sufrido importantes bajas en la lucha interna de vanguardia. El régimen nos mantiene a más de 30 activistas en prisión y por estos días el número tiende a elevarse.
La UNPACU es una organización muy perseguida y reprimida debido a que hace ya casi nueve años luchamos e incidimos en todos los escenarios posibles aunque de manera muy limitada: En lo político, en lo social, con proyectos o acciones en lo cultural, en lo deportivo, en materia de salud y hasta de educación cívica, sobre todo de los hijos de nuestros activistas y colaboradores.
El régimen nos odia porque sabe de nuestro efectivo trabajo hasta en materia de Inteligencia y Contrainteligencia. En este campo hemos desbaratado y desenmascarado muchos planes de la dictadura. También hemos recibido duros golpes.
Nuestras prioridades ahora mismo son sobrevivir a los crecientes ataques del régimen, ampliar, en medio de condiciones tan difíciles, nuestras filas, continuar capacitando y entrenando nuevos activistas y simpatizantes en nuestros métodos de lucha no-violenta, proponer y presionar para que se pongan en práctica medidas urgentes si queremos evitar una tragedia mayor a la que ya vive nuestro pueblo.
La asistencia a los más necesitados es también prioridad para nosotros. El ser humano y sus necesidades urgentes, no se pueden descuidar.
Nuestro objetivo principal es llevar a las calles de nuestros pueblo y ciudades a miles de ciudadanos dispuestos a conquistar sus derechos y libertades hoy pisoteados por el régimen de Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel.
¿Permanecerá usted viviendo en Santiago de Cuba hasta que extinga su actual condena o se exiliará una vez consiga su libertad?
Una vez intenté radicarme en La Habana, por necesidad de la dirección de la organización y fui detenido en varias ocasiones. La policía política me dejó claro que no permitirían que "hiciéramos en La Habana lo que hacíamos en Santiago de Cuba".
Por tanto desde Santiago de Cuba continuaré dirigiendo a la UNPACU mientras mis hermanos me quieran al frente. Si vuelvo a prisión, desde la cárcel seguiré luchando, como siempre he hecho.
Nunca he contemplado la idea de salir de Cuba de manera definitiva. Mi deber y mi lucha están aquí, dentro del territorio nacional. Se lucha desde cualquier parte y la lucha desde fuera es muy necesaria e importante, pero la mía es aca, aunque me cueste la vida.
La televisión y el resto de medios estatales cubanos insisten en presentarlo como un hombre violento; ¿es usted un hombre violento?
Nunca he sido violento. Siempre he evitado la violencia. Ahora bien, nací y crecí en un ambiente donde si no peleabas, si no te defendías, te pasaban todo tipo de cosas desagradables.
Hasta los 25 años, y cuando no quedaba otra opción, resolvía los problemas a los puños. Quizá influía en mi ciertas enseñanzas de mi padre Daniel Ferrer, quien fue un hombre muy valiente y lo demostró durante toda su vida, hasta en la guerra contra Fulgencio Batista donde cumplió misiones muy arriesgadas.
De más joven, leía novelas como Ivanhoe, y otros de similar corte y, desde niño, me sentí atraído por el cine norteamericano de acción y aventuras, y algo debió influir también la manera violenta que tiene el régimen para contar su historia y algo debió pesar la propia idiosincrasia del cubano, pero en cualquier caso, lo que hice mal hasta los 25 años es mi responsabilidad y así lo asumo.
En la década de 1990, la crisis económica provocó una ola de robos que afectaban a mis vecinos, y tuve que enfrentar a ladrones, junto con mi hermano Luis Enrique. Fue una experiencia significativa porque las personas preferían nuestro apoyo antes que llamar a la policía.
También tuve peleas con partidarios del régimen. Un delincuente común y dos ladrones al servicio del régimen me acusaron, en 1993 y 1994, de lesiones. Fui multado por eso. Y a mucha honra.
1997 marcó un giro en mi vida política y personal, que se venía gestando desde dos años antes. En 1995 me leí un libro de Gandhi donde -entre otros sólidos argumentos- expresaba que de una persona violenta se podía hacer un buen luchador no-violento, pero que de un cobarde nunca salía un buen luchador no-violento.
Con el libro de Gandhi comenzó mi transición en cuanto a métodos de lucha y desde esa fecha he recibido tantos golpes que me resulta imposible contar las veces que he sido golpeado. Siempre mi respuesta ha sido no-violenta, descargo mis energías con gritos contra el régimen mientras me golpean las fuerzas represivas.
No deja de ser paradójico que quienes me acusan de violento siempre han tenido la violencia como su principal método para controlar y dominar, incluso han teorizado acerca de la violencia como partera de la historia.
¿Cómo es la Cuba que usted sueña y qué estaría dispuesto a hacer para vivirla?
Sueño con una Cuba como la que soñaba Martí: "Con todos y para el bien de todos ". Una Cuba donde se respeten los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, una Cuba con economía de mercado, y leyes justas que protejan a todos e instituciones que velen por el cumplimiento de las leyes y la protección de los débiles y necesitados.
El combate contra la pobreza, la exclusión social y la marginación forman parte de las señas de identidad de UNPACU. Solo desde un escenario de creación de riqueza puede combatirse la penuria que sufre Cuba.
Sueño con una Cuba próspera y feliz de donde nadie tenga que emigrar por falta de derechos, libertades y oportunidades y por la miseria generalizada que hoy vive nuestro pueblo. Sueño con la Cuba nueva libre, democrática, inclusiva, plural, justa y próspera; que es el deseo de la mayoría de los cubanos.
¿En esa Cuba que usted sueña habría espacio para un Partido Comunista de Cuba (PCC) que acepte las reglas de juego de la democracia?
Si, creo que los comunistas tienen derecho a tener su partido político en una Cuba democrática. Al contrario de lo que ellos piensan, creo que de "los derechos y opiniones de sus hijos todos está hecho un pueblo y no de los derechos y opiniones de una clase sola de sus hijos", como nos enseñó el Apóstol de la patria, el virtuoso José Martí.
Todo partido que acepte las reglas del juego democrático debe tener derecho a existir. Pienso que los comunistas astutamente se denominarán con otro nombre, ya que saben que el excesivo daño que el PCC ha hecho a nuestra patria, producirá en los electores mucho rechazo a todo partido que se denomine comunista.
Recientemente, la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo le ha otorgado su Medalla de la Libertad Truman-Reagan; ¿teme usted que el hecho sea usado por el gobierno cubano para insistir en su teoría de que los opositores son agentes del enemigo imperialistas y no luchadores por la libertad del pueblo cubano?
No creo; en Cuba tenemos suficientes motivos para oponernos a una dictadura de 61 años y el pueblo cubano sabe distinguir bien entre quienes lo defendemos y quienes lo oprimen y empobrecen.
La Medalla de la Libertad, Truman-Reagan, que acaba de anunciar la prestigiosa Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, y que el próximo día 12 de junio será presentado en un evento virtual, debido a la pandemia de coronavirus, es un honor que me hacen, es un importantísimo reconocimiento a mi muy humilde contribución a la lucha por la libertad y la democracia.
Lo recibo con gran satisfacción porque para mi el comunismo ha sido siempre uno de los peores males que halla sufrido la humanidad y por desgracia más de mil cuatrocientos millones de personas lo sufrimos aún. Viniendo de esa fundación, me siento muy honrado.
Este premio lo dedico a mis hermanos en prisión y a aquellos que durante toda su vida han luchado por la libertad de nuestro pueblo sin rendirse jamás.
Archivado en: