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La Habana amaneció este viernes llena de carteles con el mensaje “España os pide perdón”. Se trata de una obra del artista Abel Azcona, considerado el enfant terrible del arte español.
La urbe será una de las veinte ciudades protagonistas de esta obra conceptual de Azcona, que en la página web de su estudio ha precisado que España os pide perdón "plantea una reflexión directa sobre la postura actual de su país de origen ante el colonialismo".
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"Mediante cartelería en varias de las ciudades colonizadas e instalaciones, pancartas, anuncios y pintadas en las propias fachadas de los museos más importantes de cada capital latinoamericana. Azcona consigue que esta cita permanezca durante meses en el epicentro centro de cada ciudad creando una crítica y abriendo un debate social", agrega la declaración.
El Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá fue el primer lugar en instalar (en su fachada) la pieza de Azcona durante dos meses. Ahora, además de en La Habana, se podrá ver en una veintena de espacios y museos de arte contemporáneo de ciudades como Ciudad de México, Lima, Caracas, Buenos Aires, Santiago de Chile, Ciudad de Guatemala, Montevideo, La Paz, Ciudad de Panamá o Quito, entre otras, hasta el año 2022.
La obra política de Azcona ya ha sido criticada por sectores conservadores españoles contrarios al posicionamiento y al discurso político anticolonial de la pieza.
En las redes sociales, España os pide perdón tampoco parece haber dejado a nadie indiferente.
"La historia no se puede borrar, y hubo hechos lamentables en la conquista de América, pero ha quedado una cultura solida muy rica en todos sus aspectos, ha quedado mezcla racial muy bonita, España y Cuba tienen un vinculo de luces y sombras pero eterno", dice Ángel, comentarista de la noticia publicada en Diario 16.
"Yo les diría que quien debe pedir perdón son aquellos que se beneficiaron de la conquista, el pueblo español jamás se benefició de aquello y los que si lo hicieron fueron los encomenderos y los que se quedaron allí controlando el cotarro, antes y despues de su independencia", opina "Antonio", otro de los comentaristas en el mismo sitio.
"Esto es una porquería de obra….. España ni tiene que pedir perdón ni a España se le tiene que pedir nada…… Tanto imbécil que cree ser artista y de artista tiene poco…. España os pide perdón ???? Ya está bien… Aquí el primer tonto del bote se cree que es artista y lo que es es mongui…..", opina un anónimo.
"A día de hoy lo que queda son los lazos socio culturales entre América y España, habrá que pensar en dejar de marear la perdiz con esta cantinela del descubrimiento", es otra de las opiniones que ha suscitado la obra.
"España??? A La Habana quien debería pedir perdón son los Castro y el comunismo por dejarla como está", opina por su parte un usuario de Twitter que firma como "Montesa".
Otros comentaristas criticaron que, en vez del mensaje anticolonial, no se usaran los carteles para señalar los numerosos baches de La Habana.
Varios usuarios de Twitter aprovecharon para hacer referencia a la desastrosa situación política y económica de la isla.
"¿A quien le pide perdón? ¿A los Taínos que ya no existen? ¿O a los descendientes de españoles? ¿O les pide perdón por la invasión de EEUU?.. ¿O pide perdón por la dictadura que vive Cuba? Vaya chorrada de mezclar cosas. Por cierto Cuba no es española desde 1898", opinó "Chc920".
Azcona (Madrid, 1988) tiene una controvertida biografía. Nació como fruto de un embarazo no deseado, en la Clínica Montesa de Madrid, institución regentada por una congregación religiosa dirigida a personas en situación de riesgo de exclusión social e indigencia.
De padre desconocido, su madre, una prostituta politoxicómana, le abandonó a los pocos días de nacido.
Azcona se crió desde entonces en la ciudad de Pamplona con la familia de un amigo de su madre, y vivió durante su infancia situaciones continuadas de maltrato, abuso y abandono. Fue acogido luego por una familia conservadora navarra que solicitó a instituciones públicas la adopción permanente.
Por la mediación de esa familia fue admitido en un colegio tradicional católico donde protagonizó situaciones de hurtos o violencia explicita, hasta ser expulsado del colegio a la edad de trece años.
Las primeras obras de Azcona fueron creadas en las calles de Pamplona a partir del año 2005, siendo alumno de la Escuela de Arte de esa ciudad. Ese mismo año fue ingresado en dos clínicas psiquiátricas, una en Barcelona y otra en Pamplona, por problemas mentales y un intento de suicidio
Desde entonces, ha realizado obras en la calle de forma periódica, todas con un espíritu crítico y para poner el foco en temáticas como el abandono, la violencia, la identidad o la sexualidad.
Azcona abandona de forma definitiva a su familia adoptiva a la edad de dieciocho años. Vuelve entonces a Madrid en situación de pobreza extrema y vive en la calle durante casi dos años. En este periodo delinque en ocasiones puntuales y ejerce la prostitución.
Años después, tras polémicas obras procesuales que le han costado detenciones y procesos judiciales en diversas ocasiones, Azcona se convierte en uno de los artistas más polémicos del panorama conceptual y performático español.
"Toda mi obra tiene que ver con mi propia experiencia vital a nivel de denuncia y crítica. Exploro temáticas como el abuso infantil, la pederastia, historias que tienen una relación directa con mi infancia y mi construcción como persona. Como artista, como enfermo mental, como muchas cosas que soy. Yo me siento muchas veces más enfermo mental o abandonado hijo de prostituta que artista. Artista al final es una palabra que hemos construido para definir a una serie de personas que se dedican a crear, pero creadores somos todos, porque todos creamos. Pero el espíritu crítico es el que hace verdaderamente a una artista que tiene la necesidad de transformarse a sí mismo y al visitante de sus exposiciones. El artista debe ser terrorista, militante, activista, detonante de muchas cosas. El artista correcto que busca la belleza no me interesa", declaró Azcona el año pasado al diario español El Confidencial.
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