Considerados grupo vulnerable en la actual pandemia de COVID-19, los santiagueros mayores de 65 años reciben una bolsa de yogurt de soya al mes como reforzamiento de producto lácteo en su alimentación y también como “ayuda” para que permanezcan en casa, alejados de las colas.
“Y por supuesto que eso no resuelve nada”, asegura Odalis, vecina de Altamira, quien dice que tres o cuatro vasos con yogurt de soya a duras penas pueden acompañar las comidas de una persona durante un día, de los 30 que tiene el mes.
Esta santiaguera, que vive con su esposo de 75 y su señora madre, de 90 años, dice que en su cuadra hicieron un censo de la cantidad de personas que superaban las seis décadas y media de edad, y pensó que luego vería acciones concretas en casos como el de ella y los miembros de su hogar.
“Después de eso lo único que pasó es que se nos vendió un yogurt por persona, en mi caso tres porque somos tres personas mayores de 65 años, y como 650 gramos de frijol también por persona. Y con eso, te repito, no se resuelve nada ni evita que tenga que salir de casa mucho menos evita tener que hacer cola o estar en aglomeraciones”, añade.
Comenta la señora que varias veces cuando ha estado en una cola hasta la policía le ha llamado la atención por ser mayor y estar expuesta: “pero imagínate, como le expliqué a la muchacha que hizo el censo en mi casa, si no lo hago yo quién, ¿mi esposo que es diabético e hipertenso, mi mamá que casi tiene 90 años? Me toca a mí”.
Desde que comenzó el aislamiento social en Cuba, a ella solo le ha llegado el mencionado yogurt una sola vez, igual los frijoles, los únicos productos que les han entregado de manera privilegiada por pertenecer a uno de los grupos vulnerables más afectados por la enfermedad.
“Con la bodeguera, casi como traficando carne de res logré conseguir un par de bolsas más, además de las tres que nos tocaban. Me aclaró que hasta las madres que normalmente no cogían el yogurt de soya, hasta ellas lo estaban cogiendo, así de dura estaba la cosa, me respondió en ese momento”.
Entre personas de más de 65 años de edad y cuyas posibilidades económicas se los permita, la opción ideal de adquirir alimento sería la tienda virtual TuEnvío, con entrega a domicilio que, como en otras zonas, en Santiago de Cuba ha demostrado ser muy ineficiente, además de prohibitiva para muchos.
Entonces, a personas como Odalis no les queda otra que sumarse a la aventura de conseguir comida en una ciudad en la que las viandas escasean, las colas se empiezan a hacer desde la madrugada y donde el humanismo flaquea ante la miseria.
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