El gobierno de Panamá ha aislado a casi 200 migrantes, entre ellos varios cubanos, en un campamento en la selva para contener un nuevo brote de coronavirus en la región del Darién.
El grupo, en el que también hay africanos y haitianos, se encuentran en un campamento en Lajas Blancas cerrado con cercas de alambre, según precisa la agencia Reuters tras una visita al lugar.
Los migrantes no pueden salir de las instalaciones sin permiso, aunque pueden comprar suministros en tiendas cercanas.
Todos fueron ubicados en tiendas de campaña en las que personal sanitario les toma la temperatura y la presión arterial de forma periódica.
El cubano Francisco Turcas -entrevistado por la citada agencia- se quejó de la mala alimentación que, según precisa, ya habría enfermado a algunos miembros del grupo. "Aquí hay niños, ancianos, mujeres embarazadas. Ya hay muchos que tienen diarrea", indicó.
Antes de arribar al campamento, los migrantes habían permanecido en instalaciones gubernamentales durante varias semanas, desde que, tras una larga caminata, salieran de la selva panameña.
En mayo, Panamá puso en cuarentena en ese campamento a unas 90 personas, junto con familiares y compañeros cercanos, que dieron positivo al coronavirus.
El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Pino, ha dicho que el campamento tiene buenas condiciones y que de momento solo seis están dando positivo al virus.
Unos 2.500 migrantes quedaron varados en Panamá cuando, en el mes de marzo, varios países de América Latina empezaron a cerrar sus fronteras para frenar la propagación del coronavirus. Desde entonces, la mayoría de los migrantes permanecen en varios campamentos en la provincia panameña del Darién.
El ministro de Seguridad panameño ha pedido que los migrantes sean pacientes y que esperen a que se reabran las fronteras para reanudar sus viajes. "Tienen que comprender que ahora mismo toda las fronteras están cerradas (...) El mundo esta enfrentando el virus y la única forma de combatirlo es evitar la movilidad", precisó.
Además del grupo que está en Lajas Blancas, un grupo de migrantes todavía mayor está en otro centro migratorio en el Darién, llamado "La Peñita".
A comienzos de junio, la agencia fronteriza panameña se vio obligada a imponer nuevas medidas de seguridad después de que algunos migrantes se tornaran violentos durante repetidos intentos de abandonar ese centro, y denuncias acerca de las malas condiciones del lugar.
Hasta 1.500 personas amenazaron de forma reiterada con prenderle fuego al campamento de "La Peñita" y exigieron que el Gobierno panameño les permita llegar a la frontera occidental con Costa Rica.
Luego de negociaciones con las autoridades, se acordó que ese refugio reciba 250 colchones nuevos y que las raciones de comida mejoren. Además, las autoridades prometieron transferir a 400 migrantes a Chiriquí, en la frontera occidental del país, así como organizar retornos voluntarios.
El gobierno de Panamá ha indicado, además, que pronto comenzará la construcción de un nuevo refugio con espacio para más de 500 personas.
Hasta el momento, Panamá ha confirmado 16.854 casos de coronavirus en su territorio y 398 fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
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