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Florida experimentó un aumento en el número de casos confirmados de coronavirus, al reportar 2.581 nuevos contagios en las últimas 24 horas, la mayor cantidad en un solo día desde que se iniciara el brote en el territorio.
Con estos nuevos casos, el estado alcanza las 73.552 personas infectadas, mientras que el número de fallecidos asciende a 2.925 y se acumulan, por otro lado, 11.874 hospitalizaciones. En el territorio se han realizado 1.371.401 pruebas a personas, de las cuales el 5.4 % han resultado positivas a COVID-19.
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La víspera se reportaron además 54 fallecimientos adicionales en el estado, de acuerdo con los datos del Departamento de Salud de Florida. El viernes se reportaban 1.902 confirmados y el jueves 1.698, mostrando así una tendencia al aumento.
Como ha venido sucediendo desde los comienzos del brote, Miami-Dade y Broward son los condados que más altas cifras exhiben. El primero informa de 21.633 casos confirmados y 822 muertes; el segundo, da cuenta de 8.864 infectados y 357 decesos, menos que Palm Beach, donde se registran 425 fallecidos. Con 8.442 contagios, Palm Beach figura como el tercer condado más afectado por la pandemia.
La tendencia al alza se ha mantenido en las últimas dos semanas, coincidiendo con la reapertura de negocios y actividades de la economía local; también con los días que siguieron a las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd bajo custodia policial en Minneapolis.
En la ciudad de Miami, se reconocen 12.499 contagios, lo que la ubica por amplio margen como la que cuenta mayor cantidad de infectados. Por detrás se encuentra Hialeah con 2.806 personas con coronavirus. Ambas ciudades han sido de las más azotadas por la crisis sanitaria, al punto en que las dos figuran entre las primeras urbes con más desempleo a causa del brote en todo el país.
Las autoridades de Florida acordaron previamente que, si llegara a producirse algún repunte de casos de coronavirus en algún condado o municipio, se daría marcha atrás en el proceso de reapertura ya puesto en marcha, algo que no ha ocurrido de momento.
Una primera fase de reactivación se aplicó a la mayoría del estado a partir del 4 de mayo, permitiendo la apertura de negocios no esenciales como restaurantes, tiendas minoristas, museos, gimnasios y bibliotecas, pero con limitaciones de capacidad y exigiendo una mayor higiene y medidas de distanciamiento social.
La fase dos, ahora en curso, consintió la apertura de bares y eventos grandes como los cines y boleras, que funcionarían a la mitad de su capacidad en 64 condados, a excepción de Miami-Dade, Broward y Palm Beach que se mantienen a la espera de aprobación administrativa.
Con el arranque de la segunda fase, los gimnasios y centros comerciales comenzaron a operar en su capacidad total. En cambio, los bares y centros nocturnos solo podrían admitir al 50 por ciento de sus clientes en interiores.
Desde el pasado miércoles, las playas de Miami abrieron a los bañistas luego de que se levantara el toque de queda en la ciudad, impuesto por las autoridades a raíz de las protestas por la muerte de George Floyd.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, consideró que las playas eran un posible lugar de reunión y que el personal que debía velar por el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social estaba ocupado en hacer cumplir el toque de queda. De ahí que decidiera prolongar la reapertura, que estaba propuesta para días antes.
Giménez expuso que la nueva etapa no exime a los bañistas de seguir las reglas de distanciamiento social y otras medidas de seguridad implementadas a fin de evitar una propagación mayor de la enfermedad y experimentar un retroceso.
El pasado lunes también comenzaron a llegar los primeros turistas a Miami Beach. Los hoteles de lujo de Collins Avenue les dieron la bienvenida, luego de casi tres meses de cierre obligatorio por la pandemia originada en la ciudad china de Wuhan.
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