Días tristes estos. Tal parece que cuando un grande parte no quiere irse solo. Ha fallecido Juan Castro, quien junto a Ariel Pestano, han sido los catchers por antonomasia de la pelota cubana. Nunca pude decir cuál era mejor, de hecho nunca podré.
Juanito era la excelencia en el catcheo. Le recibió al mejor pitcheo de Cuba en un largo período. Lanzadores que solo tenían en su repertorio curvas, rectas y cambios de velocidad como es habitual hoy día en nuestra pelota cubana.
No. Aquellos pitchers tiraban sinkers, sliders, tenedores, nickel ball y cuanto envío se inventaba o se metamorfoseaba.
Y allí, en home, frente a sus compañeros, el maestro de la mascota disertando elegantemente.
La palabra passed ball le era ajena. Con él no dirigía el banco. Él sabía lo que había que hacer.
Hizo una creación al fildear los foul fly con la mascota detrás, en la espalda, haciendo que cualquier estadio, más el Latino o el San Luis vibrara de emoción, pues no había aficionado verde o azul que no lo ovacionara.
No fue un gran bateador aunque a la hora buena siempre la daba y sí respondía en eventos internacionales.
Descanse en paz mi querido amigo Juan Castro, el elegante, seguro, increíble receptor pinareño.
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