Dairon Elizondo Rojas es un médico cubano que lleva un año en la frontera de México con Estados Unidos en espera de recibir asilo. No ha dejado ni un día de atender pacientes en el campamento de Brownsville-Matamoros.
Conoce esta comunidad de migrantes a la perfección y describe sus padecimientos con palabras sencillas, pero directas.
“Están viviendo en un lugar con condiciones extremas, precarias. Cuando pones a una persona bajo esas circunstancias durante un tiempo prolongado, comienzan a aparecer muchos trastornos”, explica Dairon en entrevista a Voice of America.
El Dr. Elizondo es el único médico que brinda atención a tiempo completo a 2500 migrantes albergados en un campamento situado a los pies del puente a Brownsville, en la ciudad de Matamoros, México.
Dairon tiene 29 años, es especialista en Terapia Intensiva y asegura que su familia tuvo un papel decisivo en su formación como médico.
Sobre Cuba explica que el gobierno la oprime, la ha esclavizado toda una vida y no deja que el país brille y prolifere a la escala que podría por sus recursos humanos, y por la calidad y los conocimientos habría para hacerlo.
Este joven villaclareño llegó a Matamoros el 25 de junio del 2019. Espera el veredicto de la corte de Estados Unidos programada para el 23 de junio. Desde hace más de un año convive con migrantes de Centroamérica, Haití, Venezuela y Cuba que también esperan sus citas de asilo.
En 2017 Barack Obama canceló la política de “pies secos/pies mojados” vigente desde 1995 y con esto puso fin a las facilidades de asilo para los cubanos. La administración de Donald Trump en septiembre de 2019 agudizó este problema creando el programa Protocolo de Protección de Migrantes (PPM), también llamado "Permanencia en México" que obliga a esperar los resultados del proceso migratorio en suelo mexicano.
“Yo salí de Panamá, hice un peligroso recorrido en lancha y llegué a Chiapas que es donde casi todo el mundo llega. Estás contento y alegre la primera vez que entras (en referencia a tramitar su caso migratorio) luego ves que el trato es rudo y que ha cambiado mucho la perspectiva cómo se mira la migración hoy a cómo se miraba hace años. Ahora somos un migrante más” declaró en referencia a los emigrantes cubanos.
Dairon cruzó a Estados Unidos el 4 de diciembre para su primera comparecencia ante un tribunal migratorio. Han pasado varios meses. No tiene abogado, pero confía en ganar su caso y poder ejercer la medicina en ese país.
Las resoluciones de las cortes pueden demorar y como efecto del coronavirus algunas citas se están reprogramando. A Dairon le queda esperar y continuar centrado en sus metas, llegar a Estados Unidos, aprender el idioma y revalidar su título.
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