“Fui encerrado por siete horas en un calabozo, golpeado en la espalda y pateado por las piernas” denunció Fernando Isael Peña Tamayo, ex preso político miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de la iniciativa Cuba Decide.
Peña fue recién liberado de prisión el pasado 5 de junio, luego de cumplir una sanción de cinco años, pero fue detenido al presentarse el viernes en una oficina de trámites para solicitar su carné de identidad. Desde allí, fue transportado en un auto de patrulla hacia la unidad policial de Puerto Padre, Las Tunas, localidad donde reside.
“Es un secuestro, no presentan orden de detención, no hay justificación legal y te desaparecen por el tiempo que ellos estimen conveniente”, refirió en declaraciones a CubaNet.
Según el opositor, la detención tenía como objetivo amenazarlo con ser nuevamente encarcelado, esta vez, bajo el delito de “desobediencia”, en caso de continuar con su activismo.
José Daniel Ferrer, líder principal de la UNPACU, dijo que “los sucesos ocurridos hoy contra Peña, son parte del mismo plan que mantiene la Seguridad del Estado contra los integrantes de este grupo”.
“Él se mantuvo firme y por eso fue liberado, pero debemos estar alerta para una próxima arremetida” agregó.
Peña había sido enviado a prisión por un presunto delito de “robo con fuerza” que, de acuerdo con la dirección de la UNPACU y los familiares del activista, fue una fabricación del Departamento de la Seguridad del Estado para sacarlo de las calles.
Tras pasar un tiempo en el centro penitenciario de Las Tunas conocido como El Típico, el activista fue trasladado hacia un campamento de trabajo forzado con internamiento. En esos cinco años, Fernando Isael Peña sufrió maltrato, golpizas y celdas de castigo por negarse a recibir el plan de reeducación comunista.
A principios de junio, Naciones Unidas pidió la liberación inmediata de otros siete presos políticos cubanos incluidos en la lista de Cuban Prisoners Defenders. Ellos eran Aymara Nieto Muñoz, Eliécer Bandera Barreras, Humberto Rico Quiala, José Antonio Pompa López, Melkis Faure Hechevarría, Mitzael Díaz Paseiro y Silverio Portal Contreras, quien pudo haber perdido la visión de un ojo a causa de una golpiza.
La esposa de este último declaró recientemente que teme que un día no muy lejano le comuniquen que su marido murió en la cárcel, debido a los múltiples problemas de salud que presenta desde que entró en prisión.
“No quiero que me entreguen a mi esposo muerto. Eso es lo único que pido a las autoridades cubanas. Silverio necesita apoyo, todos los presos políticos lo necesitan, pero para los que están enfermos como él, es urgente”, reclamó Lucinda González.
“A Silverio lo están matando delante de todos. No me dejan verlo porque saben que puedo describir el lamentable estado en que se encuentra”, denunció Lucinda.
“Desde el 23 de abril no le permiten el teléfono, el 25 de marzo me tocaba la visita y me la denegaron debido a que no estamos casados, según ellos ponen, cuando el 87 por ciento de la población cubana vive en concubinato“, añadió.
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