Una operación policial efectuada esta semana en La Habana concluyó con la detención de cuatro personas que habían organizado una red de robo de hipoclorito de sodio, una sustancia que se emplea como desinfectante y que es altamente demandada en el escenario actual de la pandemia de coronavirus.
Según un reportaje de la televisión cubana, en la calle Vigía entre Cristina y Pila, en el municipio Cerro, fue detectada una vivienda que fungía como almacén transitorio del producto.
Allí fue requisado un vehículo perteneciente a una entidad de la Empresa Electroquímica Sagua, del Ministerio de Industrias, dentro del cual se encontraron más de 600 libros del cotizado líquido.
Este era sustraído cada día entre las 5:00 y las 6:00 de la tarde, aprovechando que el carro posee una carta de autorizo de parqueo. Al chofer le pagaban 100 pesos por trasladar los envases a la casa, situada a solo una cuadra de la empresa.
Los miembros de la red vendían el litro y medio de hipoclorito a 15 pesos y el galón de 20 litros a 200 pesos, después de echarle una elevada cantidad de agua.
“En este momento tenemos acusados a los dos operarios, al chofer del panel y a la receptadora que tenía su casa como almacén”, dijo la teniente Beatriz Duarte, segunda jefa de sección de la Dirección general de instrucción criminal del Ministerio del Interior (MININT).
La dueña del improvisado almacén reconoció a los agentes que se dedicaba a esta actividad desde hace varios meses.
Al efectuar un registro en las áreas de la entidad se descubrió también una manguera de agua que tenía alcance al depósito de hipoclorito, lo que en opinión de los peritos favorecía la adulteración de su pureza; además, detectaron que la pesa donde debía pesarse el producto estaba totalmente inutilizada.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) de la empresa electroquímica recibe hasta 21 toneladas de este líquido que luego se encarga de distribuir a las provincias occidentales y al municipio especial Isla de la Juventud.
Durante los meses de la emergencia sanitaria causada por la pandemia de coronavirus, se han intensificado los operativos policiales en busca de ilegalidades vinculadas al sector económico, en medio de una escasez generalizada de productos de primera necesidad que obliga a la ciudadanía a recurrir al mercado negro.
El pasado viernes la televisión estatal divulgó el decomiso de más de tres toneladas de fertilizante en La Fe, consejo popular de la Isla de la Juventud.
En la operación se descubrieron más de tres toneladas de abono acopiadas en 75 sacos en una finca, productos que tres personas habían comprado a un trabajador de los almacenes GELMA (Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura), para luego venderlo más caro a los campesinos para “obtener ganancias para su propio beneficio”, según reveló el oficial de la PNR entrevistado.
También esta semana agentes del MININT requisaron a un campesino de Alquízar, en Artemisa, unas 48 toneladas de ajo, acopiadas en cuatro depósitos. Poco antes de ser identificado, el agricultor ya había comercializado otras 75 toneladas de la citada especia por un valor total de dos millones de pesos.
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