El 13 de junio de 1970 falleció el músico cubano Gonzalo Roig, que había nacido el 20 de julio de 1890, de modo que en este 2020 debiera celebrarse los 130 años de su natalicio, y conmemorarse los cincuenta de su deceso.
Músico, compositor, director musical y fundador de varias orquestas, con una impresionante comprensión de la cubanía expresada a través de la música, Roig fue un pionero del movimiento sinfónico nacional a partir de que comenzó, en 1907, su carrera profesional como pianista y dos años más tarde comenzó a tocar el violín en los teatros Irioja, Politeama y Neptuno.
En 1922 fue cofundador de la Orquesta Sinfónica de La Habana, de la cual se convirtió en director musical. En el entonces llamado Teatro Nacional de La Habana ocurrió el primer concierto de la Sinfónica, con un programa que incluía obras de Weber, Saint-Saens, Bach y Lecuona.
En 1927 Roig fue nombrado director de la Banda Municipal de Música de La Habana, y dos años más tarde fundó la Orquesta de Ignacio Cervantes y un año después participó en la creación del Teatro Nacional y fue invitado por la Unión Panamericana para dirigir una serie de conciertos en Estados Unidos.
En 1938 fundó la Ópera Nacional de La Habana, y también participó en la fundación de la Sociedad de Autores de Cuba, la Federación Nacional de Autores de Cuba, la Unión Nacional de Autores de Cuba y la Sociedad Nacional de Autores de Cuba.
En el periodo que estuvo dirigiendo la Orquesta Sinfónica y la Banda Municipal de Música, supo introducir notables aportes a la música sinfónica hecha en Cuba, y tales aportes se verifican, sobre todo, cuando compuso y estrenó la zarzuela Cecilia Valdés, a partir de la novela escrita por Cirilo Villaverde. La zarzuela Cecilia Valdés se estrenó el 26 de marzo de 1932, en el Teatro Martí.
Según el crítico de arte José Manuel Valdés-Rodríguez: “El maestro Gonzalo Roig, compositor animado por una inspiración de pulcra raíz criolla, y poseedor de un cabal dominio del oficio, que le permite instrumentar con sensibilidad y sabiduría, ha plasmado con singular belleza musical la versión teatral de Cecilia Valdés. De ahí la presencia de motivos musicales y danzarios que dice con la clara voz de su genuina cubanía mucho del alma y el sentimiento criollos en la centuria decimonónica. (…) Mucho hay que elogiar en esa partitura de Cecilia Valdés, desde la breve obertura de la contradanza y los dúos y romanzas sentimentales y la nota de humor y de gracia”.
Además de su Cecilia Valdés, fue el compositor de otras zarzuelas (La Habana de noche, La hija del sol, A La Habana me voy) y de muchas canciones populares como la criolla-bolero Quiéreme mucho, también conocida con el título de Cuando se quiere de veras, el capricho cubano Ojos brujos, el bolero Nunca te lo diré, el danzón Deuda de amor, y varias otras obras conocidas en las mejores voces del repertorio lírico en Cuba. También participó como músico en la banda sonora del filme Sucedió en La Habana, de 1939.
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